
- por Jorge Gobbi
20 años. Un 11 de octubre de 2003 arranqué con este blog en mis horas del almuerzo, y de a poco se fue convirtiendo en un espacio de reflexión sobre los viajes, primero, y más enfocado en contar recorridos en la etapa posterior. Como blogger me tocó atravesar todas las etapas por las que ha pasado el formato: el surgimiento inicial en un mercado que ni nos conocía; la consolidación y camino a una semi profesionalización después; y finalmente la etapa de indiferenciación con respecto a los sitios Web.
En ese camino de 20 años hubo cosas que en cierta medida terminaron regresando. El blog comenzó más que nada como un espacio que vinculaba el turismo con las ciencias sociales y la comunicación más en clave académica, en particular entre 2003 y 2007. Pero fue mutando luego hacia publicaciones sobre viajes y tecnología más en clave periodística, y en eso anduvo entre 2008 y 2018 en particular. Ya a partir de 2019 comenzó una etapa donde reaparecieron los contenidos más académicos pero siguieron las publicaciones sobre tecnología. En eso anda hoy, incluso después del paréntesis de la pandemia.
Sin embargo, uno de los puntos que nos llevó a muchos a comenzar a escribir blogs 20 años atrás tenía que ver con lo poco que nos gustaba lo que aparecía en los medios. En particular, en el caso de los viajes, francamente lo que leía en revistas y medios especializados sobre turismo me gustaba muy poco. Así que en lugar de seguir quejándonos nos dedicamos a producir. Y muchas de esas formas de crear contenidos terminaron influyendo más adelante en los mismos medios que solíamos criticar.

Pero con el paso del tiempo también tuvimos que aceptar que, si bien arrancamos con una visión muy oposicional de los medios, lo que hacíamos era ante todo proponer otra forma de escribir y construir agendas. Pero el foco seguía siendo la información. Algo que cambiaría ya a partir de 2010 con el ascenso de las redes y la consolidación de un modelo de influenciador, muy basado en involucrar emocionalmente a los usuarios antes que en informarlos.
Tras la pandemia, hoy el mercado de viajes se ha recuperado con una fuerza inusitada, y los pronósticos para los próximos años es de un gran crecimiento. Pero no sabemos muy bien cuanto se prolongará esta situación. Al igual que la economía en general, el turismo está amenazado por el cambio climático, primero, y por el crecimiento de la desigualdad social. Ahí tenemos algunas agendas interesantes sobre las que conversar en los próximos años.
En particular, el ascenso y crisis del modelo de “vivir como un local” marca las conflictivas relaciones entre desigualdad social y turismo. Turistas de países más desarrollados pueden terminar alquilando de manera temporal en las principales ciudades de los países más pobres, pagar valores imposibles para los locales y terminar colaborando con su desplazamiento. La separación entre turistas y locales, planteadas en el modelo de los hoteles y los enclaves urbanos, ya no va a volver. Pero si el turismo comienza a ser percibido por muchos locales como un elemento perjudicial para sus vidas, al complicar el acceso a la vivienda y la visita a zonas muy turistificadas de la ciudad.
Si vamos a plantear agendas que aborden los aspectos conflictivos del turismo, el espacio del blog, con su modelo basado en el texto y la toma de distancia de los hechos para analizar la información adquiere una mayor relevancia. En particular porque el amor al viaje no puede tapar algunos de los problemas que ya se están dando en el segmento del turismo, ni pasar por alto que muchos de ellos van a ir ganando lugar en las agendas informativas de los próximos años.
Bueno, dije “casi balance” en el título. Salió de un tirón. Por ahora seguimos por estos lados, y eso ya es bastante. Como desafío, me queda volver a crear una rutina alrededor del blog para que las obligaciones académicas y periodísticas no me llevan a escribir tan poco. Lo anotaré para mis intenciones 2024.