Hoteles e Instagram: espacios icónicos y selfies

Hoteles e Instagram: espacios icónicos y selfies

Ya hemos repasado en este blog las lecturas en clave tecnofóbica de la creciente presencia de Instagram en el mundo del viaje -por ejemplo, en “Todo estaba bien en el mundo del viaje hasta que llegó Instagram“. Pero criticar esas lecturas simplistas que aseguran que “la tecnología arruinó el viaje”, como si la tecnología fuera un sinónimo de hardware y dejara afuera a los usuarios como constructores de sentido, no implica dejar de contextualizar la influencia, no siempre positiva, de las redes sociales en el viaje.

En Quartz, por ejemplo, analizan como los hoteles nuevos tienden a ser cada vez más “instagrameables”. Esto es, a tener lugar que funcionen como imágenes icónicas de sus instalaciones, y a la vez sean el espacio para tomarse selfies. Por ejemplo, a fines de 2016 estuvimos en el Grand Hyatt, en la zona de Grand Central, en New York, y en la entrada una enorme cabeza humana es la referencia obligada para sacar la cámara o el teléfono para tomar unas fotos.

Grand Hyatt, New York

Esa necesidad de tener un espacio “instagrameable” es entonces parte del diseño de los hoteles nuevos. Pero sería reduccionista desde lo histórico creer que debemos a Instagram la obsesión por el desarrollo de espacios icónicos. Ya en “La Arquitectura del Poder. Cómo los ricos y poderosos dan forma a nuestro mundo”, de Deyan Sudjic, se analiza y critica esta obsesión de las ciudades y de los arquitectos por construir espacios perfectamente identificables con un lugar. Una tendencia que lleva al desarrollo de proyectos enormes, muy útiles desde el branding, pero discutibles a partir de su utilidad urbana.

De hecho, el tema supera a los hoteles por mucho. Por ejemplo, muchas ciudades han creado espacios, en lugares atractivos desde lo fotográfico, donde han ubicado enormes letras para que los turistas se tomen fotos. Se trata de imágenes muy fáciles de encontrar en Instagram.

I Amsterdam

El tema de fondo son, claro, las prácticas turísticas. El uso de las fotos para mostrar que “hemos estado ahí” es tan viejo como las cámaras portátiles. Lo que hoteles y ciudades buscan es que la necesidad del turista de mostrarse en viaje sirva como herramienta de marketing y de conocimiento para otros. Esto es, que otros usuarios de Instagram vean esas imágenes geolocalizadas y quieran también sus propias imágenes. Al menos desde el punto de vista del turista no hay búsqueda de originalidad. Se quiere un documento que certifique nuestra presencia allí.

Y como ya pasó con las ciudades, está claro que en los próximos años veremos hoteles con proyectos cada vez más llamativos y extravagantes a la hora de construir espacios icónicos y que circulen por las redes sociales. Como el caso del conocido “Dubai Frame”, el enorme marco físico para tomar fotos de la ciudad

O las piezas artísticas que se pueden encontrar en el exterior del Faena Hotel de Miami.

Seguro ustedes tienen sus ejemplos de fotos icónicas que ligan sus viajes con determinados lugares. Es cuestión de revisar sólo una poco.

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