Taquile y la crisis de los Uros

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La isla de Taquile, en Puno, es un ejemplo muy interesante de cómo una comunidad se organiza para que los ingresos por turismo queden en su mayor parte en el lugar. Ellos controlan su puerto, las embarcaciones que llegan, y además alquilan habitaciones en sus viviendas para que los turistas puedan pasar una noche en esta bella isla en el lago Titicaca. Tal experiencia ha motivado la edición, por parte del Programa de las Naciones Unidads para el Desarrollo (PNUD), del documento Desarrollo Turístico e identidad Cultural, La Experiencia de la Comunidad de Taquile, en Puno, que se puede bajar gratuitamente desde en PDF desde esta página. Lo comentaré en los próximos días, porque a pesar de que la comunidad se ha organizado muy bien, aún persisten muchos problemas en la relación con las agencias de viajes y con el Estado peruano.

Ahora, esta introducción viene a cuento con respecto a otra comunidad altamente turistificada en Puno: los Uros. Aquí, tenemos un caso en el cual más bien quienes manejan los ingresos económicos de los viajes a estas fascinantes islas flotantes de totora son las agencias de turismo, y los Uros más bien reciben una parte pequeña del dinero que se recauda. Pero lo que al parecer ha tensado las relaciones entre Uros y el Estado ha sido la decisión de crear el parque nacional Lago Titicaca, que pondría límites a la explotación de totora y la pesca en la zona. Frente a ello, los nativos optaron por tomar como rehenes a algunos funcionarios públicos, ya que sostienen que tales limitaciones “con la totora que extraemos fabricamos nuestras casas, nuestros botes y hacemos trabajos de artesanía para venderlos a los turistas”.

Más información pueden verla en esta página (mañana dejo el enlace definitivo, ya que La República de Lima cambia los links de un día para otro).

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