Cuando llega el verano, un sentido común parece imponerse como obvio: es época para cosas livianas, que no preocupen, que no tengan demasiada exigencia para nuestro intelecto. Así, hay que ver comedias románticas, leer libros que terminen bien e intoxicarse con esos programas televisivos hechos desde las playas o los centros vacacionales. Digo: ¿no es […]