De la “decadencia de la primera clase” en 2009 a la seguidilla de anuncios de las aerolíneas en mejoras en Business y Primera, mientras la clase económica ve asientos cada vez más pequeños y restricciones en el equipaje.
Para lograr que aquellos viajeros menos sensibles al precio acepten pagar más por ciertas comodidades, hay que crear una clara diferencia con respecto a las formas más económicas de viajar