Es bastante habitual escuchar ciertos discursos que hacen una relación no cuestionada entre “turismo” y “desarrollo”. Lo que sustenta esa relación mecánica es el convencimiento de que a mayor cantidad de turistas internacionales -sí, esos que traen dólares- mayores ingresos para el país, y por lo tanto más puestos de trabajo y desarrollo económico.

Pero la relación entre turismo y desarrollo económico está lejos de ser tan simple. Quienes hacen afirmaciones de ese tipo dejan fuera de su agenda temáticas como el impacto ambiental que provoca el turismo -y que termina por lo general siendo abordada por los estados nacionales con dinero del presupuesto- y el problema del “leakage” -que espero abordar en los próximos días y sobre lo que espero armar un artículo el año que viene.

Pero puedo haber más. En su artículo “Hegemony and elite capital: the tools of tourism”, Estellie Smith (1997) analiza, desde una perspectiva gramsciana, como el uso del discurso de sentido común de que el “turismo es igual a desarrollo” puede terminar siendo usado por las elites locales para reforzar su papel político. Smith cita el caso de ciudades africanas como Nairobi, en donde en nombre del desarrollo turístico se construyeron enormes aeropuertos y estadios de fútbol, que terminaron siendo usados para movilizar tropas y encarcelar presos políticos. En la mayor parte de los casos se usaron líneas de créditos de los organismos internacionales, que debían ser usadas para construir una infraestructura turística más adecuada.

Smith además puntualiza otros casos, en donde los proyectos turísticos impulsaban hacia arriba el valor de las tierras, lo que beneficiaba a miembros de las elites gobernantes y desplazaba a la población más pobre hacia los suburbios. En cierta medida, esto es una práctica conocida: en los lugares turísticos, muchas naciones hacen esfuerzos llamativos no sólo en cuestiones de seguridad sino también en cuanto a eliminar de la zona los rastros visibles de la pobreza.

En medio de tanto discurso de marketing, los análisis de las relaciones entre turismo y poderes políticos locales suelen quedar ocultos detrás de los sentidos comunes que nos llevan a pensar que cuantos más turistas lleguen, mejor nos irá a todos. Las problemáticas son más complejas, y el desarrollo del turismo es un tema que merece también un análisis político crítico.

Bibliografía

Smith, M. Estellie (1997) “Hegemony and Elite Capital: the tools of tourism” en Erve Chambers (ed.) Tourism and Culture. An Applied Perspective. Suny Press, New York.

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