Souvenires y los limites de la experiencia

Productos tipicos

Desde hace varios años, la industria del souvenir se ha globalizado a pasos agigantados. Algunos años atrás, podíamos asumir que uno de estos productos, tan asociados al turismo, era un objeto de fabricación local, y que representaba algunos de los valores, costumbres o paisajes más relevantes del lugar. De allí su valor en términos turísticos; eran una prueba de que habíamos viajado, “estado allí”, y que le regalábamos esa prueba a otra persona, o la exhibíamos en nuestra casa.

Pero eso ya no es tan cierto. Hace un par de años, en mi última visita a Mar del Plata, me encontré con uno de esas tradicionales esferas llenas de agua, donde “nieva” si la movemos un poco. Y junto a la leyenda “recuerdo de Mar del Plata” se alzaba un muñeco de nieve. ¿Un muñeco de nieve en Mar del Plata? Tiene menos sentido que un caracol de mar con la leyenda “Recuerdo de Buenos Aires”. Se trata de una ciudad en la que rara vez nieva.

Comencé a revisar los souvenires en varias casas turísticas en la misma Mar del Plata, y encontré que todos eran muy similares, y en buena proporción, Made in China. Luego esa experiencia se repitió en otros lugares. En algunos casos el tema ya era extremo; en la isla Ellis, en New York, donde se encuentra la Estatua de la Libertad, era imposible encontrar en la tienda de recuerdos una representación de la imagen que no estuviera fabricada en China.

Los souvenires aparecían así como una estandarización notable de la experiencia turística. Se creaban productos genéricos para una serie de sitios con alguna característica marcada -mar, montaña, clima cálido o frío, músicas, danzas- y se las personalizaba un poco con el agregado de leyendas tipo “recuerdo de…”. En algunos casos, la “personalización” es muy tosca, como en el caso de los barcos de miniatura que encontré en Mar del Plata, donde la leyenda se encontraba agregada, simplemente, con una lapicera de tinta.

A esta altura, asumir que los souvenires son un producto local es algo cada vez menos justificable. Claro, los seguimos comprando. Ya sea porque la industria ha colonizado nuestra imaginación, por obligación o porque nos gustan los objetos ridículos, seguimos con una rutina de la compra de “objetos representativos”. Aunque estos objetos sean encargados de a millones a miles de kilómetros, y luego ajustados a ciertos destinos con pequeños retoques. Y mejor ni me meto con el tema de las remeras / polos / camisetas / t-shirts, porque allí se pueden rastrear cientos de dibujos idénticos que sólo se diferencian por el destino que aparece como leyenda.

La experiencia del viaje siempre se nos aparece como algo inabarcable, difícil de contar. Pero si nos concentramos en los souvenires, establecer algunos límites de esa experiencia no aparece como algo tan complicado de formalizar y representar en pocos objetos. La industria siempre se hace tiempo y espacio para estandarizar y globalizar lo que aparece, casi como una obviedad, como un producto local.

7 comentarios en «Souvenires y los limites de la experiencia»

  1. Es cierto! Me regalaron el mismos souvenier de dos lugares diferentes: una ojotita (imán para la heladera)de Barra de Tijuca (Brasil) y otra ojotita de El Dorado (Misiones).
    Hace unos años el souvenier se asemejaba a la fotografía en su función de indicar “yo estuve ahí”, una suerte de extensión de la memoria. Y el “ahí” estaba claramente delimitado…Uno decía con cierto orgullo “esto me lo trajeron de Palma…”, je. La globalización penetró en el mundo de los souveniers y conduce a la pregunta “de dónde era esto”? No queda otra que empezar a regalar nuestras fotos junto algún ícono de la ciudad visitada…un poco egocéntrico pero (nos) generaríamos menos dudas…

  2. Jorge… ¿Todavía Martín sigue desarrollando los “villa tours”? En caso afirmativo me gustaría poder contactarlo.

  3. Jorge: como siempre sumamente interesante tu reporte y el tema a tratar …
    Mira, es cierto lo que contas de la ‘globalizacion’ de souvenirs, y es cierto que la ‘masa turistica’ compra estas ‘cosillas’ al voleo.
    En mi caso nunca me regalaron algo asi, porque saben que me ofenderia JE! pero es cierto que muchisimos destinos tienen algo ‘diferente’, ‘autoctono’, ‘artesanal’ que ofrecer y en mi caso cuando encuentro eso ‘diferente’ lo compro y si veo que es un artesano autoctono y que tal vez con eso mantiene a su familia y/o comunidad, pues ni siquiera les pido rebaja!

    Tengo una frase de cabecera y siempre se la digo a la persona que este conmigo: “Es para sostener la economia local” y caray que si! en muchisimos casos los ayuda y tal vez sea el unico sosten.

    Ahora bien, me ha pasado otro caso este ano: he notado con cierta tristeza que ni siquiera los pueblos mas remotos escapan al ‘made in china’, lo vi en Estambul y un par de meses despues en pueblos del cercanos al Sahara en Tunez. Los mismos productos artesanales ‘arabes’, burdamente copiados de lo que alguna vez fue un magnifico diseno … Por supuesto prima estar atentos y hurgar en esos mercados o puestos callejeros, seguramente encontraremos algo realmente autoctono y tal vez, como digo yo, estaremos contribuyendo a la economia local.

  4. Gustavo, desde ya en muchos lugares del mundo aún sobreviven las artesanías locales. Pero el tema de la entrada va más por otro lado; por el hecho de lo fácil que se puede formalizar la experiencia turística en una serie de categorías, y luego producir masivamente para “personalizarlo” luego de manera simple. En el caso de las “artesanías chinas”, es evidente que empresarios locales llevan productos a China para encargar allí copias a precios más económicos. Hay casos muy interesante, como alfombras con brújula que señala a La Meca, y hechas en China…

    Mariana, efectivamente hay mucho de eso de “yo estuve ahí” a la hora de comprar ciertos souvenires. Pero con el paso del tiempo, cada vez demuestran menos eso, y más bien nos recuerdan lo globalizado que está lo local…

    Emo, Martín no hace más los tours.

  5. Muy buena la nota. Podrías escribir alguna vez qué pensás sobre llevar recuerditos a tus familiares y amigos… parece que cada vez que te vas de viaje fuera obligación comprar alguna cosa regalar y yo personalmente odio llevar y traer cosas para los demás cuando viajo.

    Además, nunca uno sabe a quién tiene que llevarle regalo y de qué tamaño. Tiene que ser más grande y caro cuanto más querés a la persona o cuanto más largo fue el viaje?? O vale comprar artesanías chinas al por mayor para todos?? Y si no regalo algo soy un insensible o qué??

    Como te decía, también trato de traerme lo menos posible de recuerdos para mi!! Ayer nos reiamos con una amiga peruana que tenemos porque ella se trae todos los amenities de los hoteles y aviones (tenía todo el baño lleno de champucitos y cremitas) y yo eso es lo último que me traería!!

    Saludos!!

  6. Me ha pasado el verano pasado estando en Villazón, Bolivia (comprando los mismos artículos “artesanales” que en Jujuy y Salta vendían al doble del precio boliviano.
    Entra una señora al local, que vendía tejidos al por mayor, y pregunta:
    -Morrales, tiene?
    -Sí, tengo estos, 10 por $x
    -Ah, pero dicen “Jujuy”, no tiene unos que digan “Salta”?
    -No, no me quedan más, pregunte al lado.

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