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Autovagón de Huancayo a Huancavelica

Visitar Huancavelica es una oportunidad de conocer un Perú escasamente visitado por turistas, y de acceder a una zona bastante postergada económicamente. Recién en estos meses se está terminando el asfaltado de la carretera que une a la ciudad, de unos 50 mil habitantes, con Huancayo, el centro comercial de esa zona del Perú.

Y a Huancavelica no se va a hacer turismo. La ciudad no tiene una infraestructura del todo adecuada. No sólo no cuenta con muchos hoteles, sino que incluso los atractivos de la zona son de acceso bastante difícil. Vamos por partes.

Una de las razones más interesantes para recorrer la zona es tomar el Tren Macho, que une Huancayo con Huancavelica. Hay dos o tres servicios por día, de distintos precios. El que tomamos era el autovagón, un único coche que recorre todo el trayecto en 4 horas, y que cuesta 15 soles el pasaje desde Huancayo a Huancavelica. Los otros servicios eran el Expreso -9 soles, 5 horas- y el Ordinario –algo menos de 8 soles el mismo trayecto, 7 horas de viaje. Desde Huancayo, el servicio parte desde la estación Chilca, a unas 15 cuadras del centro –ojo que no es la misma estación a la que llega el servicio que parte desde Lima.

La ruta del tren macho

El tren Macho es una muestra de para qué se usan los transportes públicos en muchos lugares de la sierra: para el comercio. Ya desde las primeras veces que visité Bolivia, me llamaba la atención la cantidad de bultos y paquetes con que viajaba mucha gente. Y aquí pasa algo similar; a pesar de que está prohibido llevar bultos en la parte de los pasajeros, finalmente parte de los pasillos quedan cubiertos de bolsas y cajas con diversos productos. El tren recorre varias localidades de los departamentos de Junín y Huancavelica, como Izcuchaca, Aguas Calientes, Mariscal Cáceres y Yauli Chico.

Y aunque no tomamos el servicio ordinario, el autovagón también recibe la visita de vendedores de choclo, diversos tipos de panes –queso, calabaza, etc- y tunas. Al parecer, cada pueblo tiene sus especializaciones; en Izcuchaca lo relevante eran los panes, mientras que en Mariscal Cáceres le vendían tunas a los pasajeros. Además, en el mismo tren servían comida, que creo era arroz con pollo, más gaseosas y postres, como vasos con flan y gelatina –una capa de flan, otra de gelatina, todo en el mismo vaso.

Vendedores

Los horarios del tren de Huancayo a Huancavelica son un poco diferentes a los que aparecen en la página Web del ferrocarril, pero todos los días hay dos a tres servicios de los diferentes tipos de formaciones. En el caso de que ningún horario les quede cómodo, desde la Plaza de Armas de Huancavelica hay taxis que los pueden llevar en tres horas o menos hasta Huancayo por 25 a 30 soles por persona. La ruta, tanto en tren como en auto, es realmente espectacular.

Para más datos del departamento peruano de Huancavelica, pueden visitar la Wikipedia. El lunes, la segunda parte de la entrada sobre Huancavelica.

2 comentarios en «Cronicas de Huancavelica 1»

  1. Es fascinante ver a través de la web la peculiaridad de nuestro pais, cada pueblo con sus rasgos y costumbres y tambien las crónicas que han sido preparadas por su creador va de la mano con los encantos de cada paraje, animo y felicito para que esta página contimue alimentandose de mas recursos en pro de promover el turismo en Huancavelica.

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