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Las ciudades y sus planificadores siempre buscan un determinado ángulo para mostrarse hacia el resto del mundo. Y Rio de Janeiro ha elegido querer ser vista desde arriba, desde las altura del Corcovado o del Pan de Azúcar. Y la vista, claro, suele ser espectacular, incluso cuando las nubes se complotan contra el panorama y tornan todo un poco más gris. La “vista desde arriba” permite ver uno de los rasgos más espectaculares de la ciudad: su enorme cantidad de espacios verdes, distribuidos por donde quiera que veamos. Y ese espacio físico, salpicados de morros, impresiona a cualquiera que se atreva a verlo a la sombra de ese Cristo enorme y sus famosos brazos abiertos.

Rio de Janeiro, desde el Corcovado

Claro que elegir un punto de vista para representarse implica eliminar otros, al menos como representaciones generalizadas. Porque cuando es vista de cerca, Rio pierde en espectacularidad pero gana una mirada mucho más rica en lo humano. Esa mirada no es, necesariamente, turísticamente relevante. Más bien, es el lado empobrecido que puede apreciarse, por ejemplo, cuando arribamos a Rio por ómnibus. La terminal de micros de la ciudad –rodoviaria, como las conocen en Brasil- es casi un caos, en particular los fines de semana. Apenas llegamos, encontramos a cientos de personas mirándonos desde el primer piso y detrás de las rejas, mientras peleamos por conseguir nuestro equipaje. Y los alrededores son decididamente poco atractivos. Galpones abandonados, calles oscuras tapadas por autopistas, y una terminal de buses locales que está en pésimas condiciones. No creo que nadie que vea esa zona se lleva la imagen de una Río esplendorosa. Pero se trata de un lado que hay que ver.

Elegir dos miradas, desde abajo y desde arriba, no es más que un intento por intentar clasificar una ciudad. En el medio hay muchas otras miradas, lugares, detalles que nos ayudan a formar una imagen de una ciudad. Imagen, claro, que será tan arbitraria como otras. Imagen que no sólo será el producto de nuestras experiencias directas, sino que también estará claramente influenciada por otras fuentes, como programas de televisión, guías de viajes, relatos de terceros, entre tantas opciones.

Para ordenarnos un poco, las próximas entradas sobre Río arrancarán por arriba; o sea, como llegar a los diferentes miradores de la ciudad, como el Corcovado y el Pan de Azúcar, y luego irán bajando hacia la superficie, hacia los bairros como Ipanema, Copacabana o Santa Teresa -donde , por cierto, estuvimos alojados. Finalmente, habrá referencias sobre el tema del transporte público, porque siempre es bueno aprender a moverse por la ciudad sin depender de los taxis.

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