Turismo oscuro, el regreso de un mercado polémico

Turismo oscuro, el regreso de un mercado polémico

En The New York Times publicaron hace algunos días una nota dedicada al tema del Dark Tourism o Turismo Oscuro. Básicamente, la idea de visitar lugares donde han sucedido o suceden tragedias, o donde han ocurrido diversos hechos ligados con guerras o desastres. Y como siempre sucede en estas notas aparece el tema de la discusión alrededor de si es ético visitar en clave turística lugares cargados de tanto dolor y tristeza.

Ya en 2019 conversamos sobre este tema a propósito de Dark Tourist, el programa de Netflix donde un periodista recorría distintos lugares como Fukushima, una zona de emergencia a partir del accidente nuclear en su planta de energía atómica tras el terremoto de 2011 y el tsunami que se dio después. En aquella ocasión marqué que, más allá de cómo se categorizara ese programa, aparecía mucha información muy valiosa sobre el lugar. Por ejemplo, que se permitieran tours a pesar de que los niveles de radiación aún se mantenían muy altos. Por cierto, el periodista que hizo aquellos programas es uno de los entrevistados por The New York Times.

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Pero volvamos a la nota de NYT. Aparece en ella otro punto tradicional: que se trata de un tipo de viaje minoritario pero muy curioso y llamativo. Algo que seguramente está en la base de porqué, cada tanto, salen notas sobre el tema. Es, digamos, noticiable por lo curioso.

Hay, de todos modos, algunos pasajes que buscan remarcar que, contra ciertos prejuicios, los turistas oscuros en realidad son personas preocupadas por su entorno. Que van a esos lugares porque les preocupa entender los temas de fondo, y no en busca de un espectáculo. Algo que es bastante común en las críticas, al señalar que convertir a lugares marcados por la tragedia o la violencia en recorridos turísticos contribuye a banalizar su importancia histórica.

Incluso en la nota de NYT aparece otro tópico: la de mostrar a este tipo de viaje como justamente un opuesto de las necesidades del turismo tradicional de sólo recorrer espacios seguros y creados para los visitantes. Muchos de los sitios recorridos por los turistas oscuros son realmente peligrosos. Y caros de recorrer, en tanto exigen un alto grado de organización y de planificación previa. Incluso suele ser bastante complicado llegar hasta esos lugares. Desde ya, este tipo de representación positiva es planteada por mismos turistas oscuros. Ya sabemos: los que viajan mal son los demás, un tópico que ya viene planteado incluso por aquellos que se consideran viajeros y no turistas.

La nota acá (en inglés)

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