En estas últimas dos semanas, una de las noticias más relevantes para el mercado de viajes tuvo que ver con otro aspecto negativo de la pandemia: la enorme cantidad de cancelaciones de vuelos por el aislamiento de buena parte de las tripulaciones. Omicron podrá ser más leve -o eso parece- pero está causando tal incremento de casos que provoca serias disrupciones en los mercados laborales. Solo en Estados Unidos hubo hoy 1700 cancelaciones de vuelos. Y no son pocas las compañías aéreas que en estos días enviaron comunicados de prensa donde alertaban de posibles dificultades en los vuelos programados.
Entonces: si ya teníamos toda una serie de condiciones de incertidumbre alrededor de los viajes, en particular los internacionales, ahora le sumamos el tema tripulaciones. Las condiciones cambiantes de ingreso a los países y nuestro propio PCR a la ida y a la vuelta son otro de los temas importantes a la hora de ver como funcionará nuestro viaje.
Frente a ello, no sorprende que el turismo global siga sin acercarse al volumen de viajes de 2019, y que muchos turistas opten por viajes cortos, dentro o no muy lejos de las fronteras nacionales. Más allá de las dificultades económicas en muchos países, los números globales todavía tienen bastante que recuperar en 2022.
En estos días además la expansión de Omicron llevó a una caída de la demanda o a una reprogramación de vuelos. Solo Lufthansa canceló 33 mil vuelos ante la caída de la demanda, y que estaban programados para los próximos meses. Es el 10% de su oferta total de la empresa.
Y hay países donde Omicron ha causado más problemas. El caso más evidente es Sudáfrica, donde primero se aisló a la cepa. Muchos países cancelaron las conexiones a ese país, y las consecuencias para el mercado turístico local han sido enormes, en particular en el segmento de turismo de negocios.
Lo dicho: las condiciones de incertidumbre alrededor de los viajes prometen seguir por un tiempo más.