El viaje y lo inimaginable

El viaje y lo inimaginable

Allá por marzo de 2020, al principio de las cuarentenas, un buen número de viajeros se quedaron varados en los aeropuertos. Algunos de ellos habían viajado a sus destinos apenas horas antes de que comenzaran los cierres de fronteras y las suspensiones de vuelos. Mas allá del tema del travel shaming -que merece otra entrada- lo interesante es pensar en que condiciones históricas se dieron muchos de esos viajes.

Y lo que podemos encontrar cuando rastreamos muchas de las referencias en ese momento tienen que ver con la fe en la fortaleza del sistema de viajes. Realmente a casi nadie se le pasaba por la cabeza que en apenas días la mayor parte de los vuelos en todo el mundo se suspenderían por meses, y que aún hoy, un año después, se sigan suspendiendo cada tanto. No solo el sistema global de vuelos podía ser suspendido casi por completo. Todo pasó en apenas días. El resultado fue que cientos de miles de viajeros quedaron varados por largos períodos de tiempo lejos de sus hogares.

Esa suspensión masiva de vuelos nos puso frente a una situación inédita en la historia del turismo moderno. No vivimos nada ni de cerca parecido a esto. Lo que hace muy difícil responder la pregunta: ¿Cuándo volverá el turismo internacional a la masividad de 2019?”. No tenemos escenarios similares para comparar. Y la agenda del viaje sigue dentro del marco de decisiones ligadas a la salud pública.

airplane near blue and grey building
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Pasamos de lo inimaginable -“es imposible que cancelen los vuelos en todo el mundo”- a la incertidumbre de no tener la capacidad de prever cuándo se comenzará a dar una recuperación más vigorosa del mercado de viajes. Los países con altas tasas de vacunación -Estados Unidos, Israel, por citar algunos- seguramente buscarán en este verano en el hemisferio Norte comenzar con un proceso de reapertura de al menos el turismo de cabotaje y regional. Pero en la mayor parte del mundo las tasas de vacunación son muy bajas, un panorama que recién podría cambiar a partir de 2022.

Y las preguntas no terminan en el mercado global. No sabemos si esta crisis no afectará a los mercados de manera diferenciada. Por ejemplo, si el turismo de negocios se terminará reduciendo de manera sensible gracias a la generalización de las comunicaciones virtuales. O si los viajes de larga distancia se tomarán un tiempo más en recuperarse debido al temor de los viajeros por quedar varados lejos de sus hogares.

En tanto situación inédita para el turismo moderno, es absolutamente comprensible que este sea el momento de las preguntas por el futuro. A la salida de la pandemia nos vamos a encontrar con un mercado muy diferente. Si con el pasar de los meses recupera el aspecto 2019 o si profundiza las diferencias es parte de esas preguntas que recién nos vamos a responder el año que viene.

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