
- por Jorge Gobbi
Los cruceros están suspendidos casi de manera completa hace unos 9 meses. Recién en estas semanas comienzan a retomar algo de actividad, pero en su mayor mercado mundial, Estados Unidos, aún el arranque de la actividad no sucedió. Y en medio de ese parate, los ciudadanos de Key West, en Florida, votaron por una serie de propuestas para restringir el tipo de cruceros que podrán ingresar a su puerto.
Como ya comentamos en otras ocasiones, hay quienes postulan que esta crisis del turismo global debería servir para que el mercado de viajes vuelva de manera más sustentable y planificada. Soy bastante escéptico de esas posibilidades. Luego de las enormes pérdidas de los últimos meses, más bien creo que el turismo va a volver de cualquier forma que permita sostener un número importante de trabajos.
Y los ciudadanos de Key West parece que piensan algo similar, porque después de 9 meses sin cruceros, y luego de ver a su ciudad sin turistas, optaron por aprobar una serie de ordenanzas que limitan la llegada de barcos. Sólo podrán ingresar hasta 1500 pasajeros por día, prohibir el amarre de cruceros de más de 1300 pasajeros, y dar prioridad de entrada a las empresas con mejor récord ambiental.
Desde ya, estas decisiones no llegan sin conflictos. Los dueños de comercios de Key West, que vivían sobre todo del flujo de visitantes que bajaban de los cruceros, ya han protestado. Y el gerenciador del puerto local ya tiene una demanda en marcha, lo que podría demorar la entrada en marga de la decisión popular.
Para la industria de los cruceros, en todo caso, el principal problema sería que otras ciudades en Estados Unidos, por lejos el mayor mercado mundial, opten por seguir este ejemplo y sometan a votación restricción de la llegada de cruceros. Ya bastante golpeada por la crisis del coronavirus, la industria va a tener que ideas estrategias de mostrar los beneficios que genera su industria y confrontar los problemas generados si quiere evitar más Key West en el futuro.
Más info en Miami Herald.