Turismo y riesgo en un nuevo escenario de crisis

Turismo y riesgo en un nuevo escenario de crisis

El viaje puede ser asociado a la búsqueda de nuevos escenarios y de lugares desconocidos. Puede ser visto como una forma de aventura. De correr algunos riesgos. No riesgos generalizados -normalmente los destinos realmente peligrosos suelen atraer muy poco o ningún turismo. Pero para el viajero es necesario no solo viajar mucho. También es importante visitar otros lugares no tan transitados o masivos. Pero esa búsqueda de lo nuevo, de ciertos riesgos, depende de una serie de certezas: vuelos con horarios, alojamiento, países y ciudades que quieren recibir visitantes. Todas esas certezas hoy están suspendidas o con riesgo de ser suspendidas.

Los nuevos escenarios del riesgo

Lo que vimos en las últimas semanas marca una crisis tan enorme como inesperada. Países que no quieren turistas y los envían a hacer cuarentena o les prohiben el ingreso. Vuelos internacionales suspendidos en buena parte del mundo. Ciudades que no permiten la circulación doméstica. Turistas varados por todo el mundo, con pocas posibilidades de volver a sus casas. Es una explosión del riesgo asociado al viaje. Pero deja en claro algo: el turismo depende de toda una serie de certezas para poder ser viable. Y esto aplica tanto a los turistas que iban a lo seguro como a aquellos que se ven a sí mismos como viajeros que apuestan por lo original y los destinos más riesgosos.

Lo que tenemos en este punto es una casi total paralización del mercado de viajes, que está entre los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Poder viajar fuera del país, eso que dábamos por descontado gracias a un sistema de gestión de certezas -medios de transporte, alojamiento, recorridos, etc- hoy es imposible en muchos países o muy complicado en otros.

Más allá de lo que pase en el corto plazo, al menos por algún tiempo ya no vamos a dar por sentado que el sistema de gestión del turismo bajo ningún concepto podría dejar de funcionar. Eso que asumíamos como obvio ya no es así. Esa asunción tuvo mucho que ver con el tema de la cantidad de personas varadas en todo el mundo. ¿Quién podría imaginar que la mayor parte de los vuelos internacionales sería suspendida en apenas días, sin posibilidades de conectar en otros aeropuertos?

Más allá de las limitaciones legales a la movilidad, en el corto plazo para muchas personas el viaje va a estar asociado a demasiados riesgos: vuelos con alta posibilidad de ser cancelados, probabilidad de quedar varados, planes de recorridos con inciertas chances de cumplirse. Remarco lo de corto plazo porque está claro que el problema del turismo en estos tiempos no va a ser la demanda a mediano plazo. Las personas quieren volver a viajar. Las dificultades vienen por el lado de la oferta y cómo los gobiernos van a permitir o restringir vuelos, hotelería y circulación por las ciudades en los próximos meses.

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