2020, el año en que dejamos de viajar

2020, el año en que dejamos de viajar

¿Era la configuración de la movilidad global, tal como la conocíamos hasta un par de semanas atrás, compatible con el control de pandemias como el coronavirus? Está claro que la respuesta de las naciones en los últimos días marca que no. Cierre de fronteras, prohibición a la entrada de extranjeros, suspensión de vuelos y de viajes “no esenciales” marca un momento crucial en la historia del turismo: la crisis generalizada de un modelo de movilidad de personas por todo el mundo y por sus propios países.

Claro que ahora estamos en plena crisis, y es difícil ver las consecuencias a mediano plazo de la situación actual. Por eso, vamos a plantear algunos escenarios hipotéticos a futuro, y que francamente eran inimaginables apenas algunas semanas atrás. Son, básicamente, algunas ideas exploratorias sobre los desafíos del mercado de viajes a futuro.

El primer escenario a plantear es el peor: la extensión de la crisis de la pandemia del coronavirus lleva a una crisis generalizada del sector turismo ante la imposibilidad de volver al modelo anterior de movilidad. Menos turismo global y descenso en la cantidad de vuelos, trenes de larga distancia y cruceros son algunas de esas consecuencias. A eso le podemos sumar la recesión global por las medidas de “distancia social” que vienen siendo adoptadas en muchos países. Entre las consecuencias está la pérdida masiva de empleos relacionados con el turismo, la subutilización de las enormes infraestructuras dedicadas a la movilidad global (aeropuertos, puertos, etc) y los cambios de hábitos para muchas personas que habían hecho de ciertas formas de movilidad una parte importante de su vida, tanto por temas familiares como por negocios.

El segundo escenario es estimar que en el mediano plazo, y a medida que la pandemia de coronavirus sea controlada por nuevas vacunas o métodos de detección más certeros, el mercado de viajes volverá a parecerse lentamente al actual. Pero hay varios temas a resolver. El impacto sobre el sector de viajes, desde el aspecto financiero, será enorme. Retomar la oferta anterior dependerá además de la demanda. Y gran cantidad de viajeros han visto como haber viajado por turismo los llevaba a múltiples problemas en la vida cotidiana. Muchos de ellos tuvieron o tienen muchos problemas para volver por el cierre de fronteras y suspensión de vuelos, y al regreso los espera una cuarentena de al menos 15 días. A eso sumen de elegir la región más visitada del mundo, el continente europeo, y terminar expuesto a la pandemia más importante de casi un siglo. De simples turistas a amenazas a la salud pública; no es algo fácil de olvidar.

Tres, el cambio de narrativa alrededor del turismo en apenas 15 días es algo que simplemente es difícil de creer. En las redes sociales, hasta hace unas semanas, el viaje era descripto normalmente como algo siempre deseable y positivo. El modelo “sigue tus sueños”, donde quienes viajaban mucho le decían a otros que era su responsabilidad individual poder viajar mucho. Algo resumido en la frase “si yo pude, ustedes también”. En apenas días, los viajeros se transformaron en los principales portadores de una amenaza sanitaria. Los gobiernos suspendieron vuelos, cerraron fronteras, prohibieron la presencia transitoria de extranjeros y comenzaron a hablar de la necesidad de terminar de manera transitoria con los “viajes no esenciales”. Para peor, algunos de estos viajeros, a su regreso a su país, tuvieron comportamientos bastante egoístas y pusieron en riesgo la salud de los demás. Y terminaron en las noticias, como ya habrán visto en muchos medios. La narrativa siempre positiva del viaje va a volver, posiblemente con nuevas formas, pero releer en estos momentos de crisis esos consejos tipo “que nadie se interponga en tu camino” es, como mínimo, incómodo.

Como decía antes, es difícil prever las consecuencias a mediano plazo de todo lo que está pasando ahora. Pensar en medio de la crisis de esta pandemia no es la opción más cómoda. La hipótesis optimista es que esto va a pasar, como pasaron otras pandemias, y retornaremos lentamente a nuestro modelo anterior de movilidad. La hipótesis pesimista es que esto se va a extender por un buen tiempo, y que el modelo de negocios de muchas compañías ligadas al viaje será inviable en un escenario global con menos viajes y viajeros.

Hace algunas semanas el tema del hiperturismo o de las ciudades que tenían demasiados turistas era parte de la agenda del turismo. Hoy se suceden fotos de calles vacías en lugares donde antes había turistas por todos lados. Pasó en pocas semanas. Es difícil de entender, sobre todo porque además la vida cotidiana y la movilidad diaria también se han transformado en escenarios cambiantes y muy complicados.

La foto que abre la entrada es de Matthew Pierce.

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