Las fotos y la memoria, 2003-2019

Las fotos y la memoria, 2003-2019

Allá por diciembre de 2003, en una entrada de este blog inspirada en una nota de The New York, analizaba algunas cuestiones relacionadas con las cámaras fotográficas digitales y su impacto sobre el viaje y la memoria. Entre algunos de los temas aparecían:

  • el creciente proceso de estetización de la vida cotidiana, y como los objetos adquirían un status en particular en la fotografía de viaje
  • la expansión de lo fotografiable, contra la selección bastante más estricta del modelo de la foto en papel
  • la limitación vía el almacenamiento, y la fragilidad de lo digital vía la posibilidad de perder el contenido de una tarjeta de memoria, ya sea por extravío, ya sea por falla mecánica.

Casi 16 años después, las cámaras fotográficas están en caída libre en las ventas. Y el segmento más económico, las cámaras compactas, prácticamente desapareció, reemplazado por el teléfono móvil, como lo muestr el gráfico.

Y hoy los temas a pensar son otros.

2019

Es muy interesante ver que el universo de lo fotografiable se ha ampliado incluso más que en 2003. Hoy llevamos una cámara con nosotros todo el día, tanto en la vida cotidiana como en el viaje. Esa integración de la fotografía con el teléfono móvil ha hecho muy sencillo compartir de manera muy rápida las imágenes que tomamos con nuestros contactos en redes sociales. Incluso esos problemas de accidentes con pérdida de fotos se han reducido gracias al backup automático de los celulares en servicios como Google Photos.

En los dos últimos años, además, las cámaras de los teléfonos de gama media y alta han mejorado mucho. Cada vez más lentes -3 ó 4 en los modelos más caros- y un intensivo uso de la inteligencia artificial para identificar escenas y aplicar filtros e iluminación que mejoren la imagen. Con el paso del tiempo, determinados tipos de imágenes muy típicas de los viajes, como los atardeceres o las calles con muchas luces y carteles, vendrán casi siempre en versiones muy buenas. La fotografía creativa seguirá apareciendo en esas escenas menos frecuentes.

Las cámaras de fotos quedan reservadas a un segmento de usuarios profesionales o semiprofesionales, mientras la gran mayoría opta por tomar imágenes con su móvil. Esa vieja separación del viaje y la vida cotidiana por los usos permanentes o no de la cámara han pasado al archivo hace un buen número de años. Otro compartimento estanco del viaje ha caído y se ha asimilado a la vida cotidiana. Incluso en nuestro entorno cotidiano tendemos a documentar múltiples instancias de nuestro día. Ese status de fotografiable de los objetos en situación de viaje hoy es una clasificación que aplicamos a todo nuestro entorno.

Ok, intentaré no dejar tanto tiempo para hacer otro balance en el tema fotografía viajera de acá en más

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