Balance 2017: blogs, viajes y contenidos

Balance 2017: blogs, viajes y contenidos

El mercado de producción de contenidos la viene pasando mal hace tiempo. En los últimos años se terminó de consolidar un nuevo panorama de financiación. Si alguna vez la publicidad estaba atada a tener muy buen contenido y con ello atraer a la audiencia, hoy el mercado va hacia otro lado. Hoy la publicidad está basada en los perfiles de consumo y búsqueda de los usuarios. No es casual que quienes se están quedando con la mayor parte de la facturación en publicidad en Internet son Facebook y Google. A los medios, sitios Web, foros y blogs se les complica competir en ese marco; están acostumbrados a una lógica de construcción de audiencia a partir del contenido, y eso hoy no garantiza la supervivencia financiera.

Varias veces sostuve aquí que un blog era un portfolio de cosas que podías hacer. Y que te permitían insertarte profesionalmente en otros espacios. La educación, la consultoría, el marketing de contenidos, etc. Pero eso no significa reconocer que entre 2007 y 2015 era posible tener algunos ingresos muy razonables a partir de los programas de publicidad tipo Adsense y similares. Hoy ese tipo de cosas rinde cada vez menos, y las empresas de Internet le buscan la vuelta para que las empresas les dejen el dinero directamente a ellos, sin necesidad de intermediarios. La manera en que Facebook maneja el alcance y la visibilidad de las publicaciones en el muro es un ejemplo bastante clásico.

Hoy creo que esa postura del “el blog como portfolio” es aún más importante que algunos años atrás. Más cuando cada vez es más complicado vivir de los contenidos. Basta ver, por ejemplo, Youtube. Todos los días me cruzo con muchos videos muy interesantes sobre viajes y tecnología. Bien realizados y editados, pero muchas veces con un número bastante bajo de vistas. ¿Es posible crear un modelo de ingresos razonable con tanta competencia y posibilidades tan bajas de monetización?

Los blogs arrancaron veinte años atrás como una forma de expresión que no debía pasar por los medios. Luego vinieron las posibilidades de obtener ingresos. Pero hubo quienes optaron por otro camino: una vez que su blog le dio visibilidad, lograron dedicarse a otras cosas, rentadas. Y no es una mala estrategia en momentos en lo que vivir de los contenidos es cada vez más complicado. La publicidad la concentran las grandes empresas de Internet; y otros modelos -patronazgo, acciones como influenciadores, etc- en todo caso garantizan ingresos puntuales en determinados momentos. Difícil pagar las cuentas mensuales con ese tipo de ingresos.

Tener mucha presencia hoy en el mercado de contenidos obliga a generar cada vez más material, siempre con estándares bastante altos. Y participar de múltiples espacios Web y redes sociales. Pero es bastante dudoso que el mercado de publicidad y marketing hoy retribuya tanto esfuerzo, o permita monetizarlo de manera interesante. El futuro, en todo caso, pasa por más por una estrategia que combine contenidos con otros tipo de iniciativas, tanto de marketing como educativa o periodística.

El futuro pasa, entonces, por diversificar. Al menos hasta que alguien le pueda encontrar la vuelta al tema de cómo monetizar contenidos y audiencias en el actual entorno de publicaciones y sin depender siempre del combo Facebook / Google.

 

Un comentario en «Balance 2017: blogs, viajes y contenidos»

  1. Es verdad. Escribo esto en el 2020 y Google y Facebook todavía concentran casi todo el dinero de publicidad web; y lo peor es que no hay alternativas razonablemente rentables salvo el marketing de afiliados, que no te genera ingresos a menos que les des una venta.

    Diversificar suena bien en el papel pero también te obliga a empezar el esfuerzo de promoción desde cero, una y otra vez, con cada web adicional que realices. Está complicado…

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