
En los ultimos 45 días pude comenzar a usar en algunos viajes -específícamente, los de Mar del Plata y Yucatán, México- la cámara de video DJI Osmo. Hay varios puntos que me llevaron a adoptarla, pero el principal tenía que ver con la calidad de la filmación, en particular lo estable que se ven las imágenes. Antes de hacer mis comentarios, va uno de los videos que hice en la Reserva El Corchito, en Puerto Progreso, Yucatán. Agregué música y algunos títulos, pero la imagen no fue editada y el archivo fue subido a YouTube tal cuál lo generó la cámara.
La DJI Osmo es ésta:

Y ésta es la cámara en sí:

Hablemos de la cámara
Se trata de una cámara de un buen tamaño, pero que se puede cargar sin demasiados problemas en la mochila. Trae un estuche tipo guitarra que es muy útil para llevarla a todos lados sin golpearla. Produce video en 4k, además de fotos en 12 megapíxeles. Tiene un estabilizador mecánico de imagen que funciona de manera notable, como pueden ver en este video que filmé en Izamal, Yucatán, desde una calesa tirada a caballos.
Y aquí uno ingresando en el Convento de Maní, en Yucatán.
La DJI Osmo no tiene pantalla: hay que usar el móvil, al que hay que sujetar en un accesorio de metal y conectar con la cámara vía Wifi. Esto hace que la operación de encendido y puesta en marcha de las filmaciones no sea muy rápida -al menos no tan rápida como podríamos lograr con una GoPro, por ejemplo. A eso hay que sumar que antes de encenderla hay que liberarla de las tres trabas que mantienen la cámara inmóvil mientras no la usamos. Finalmente, debemos abrir la aplicación de DJI para controlar la cámara. Por suerte, tiene un modo “low power” que permite dejar conectada la cámara y el móvil vía Wifi aunque la DJI Osmo esté en modo “sleep”. De esa manera gasta menos batería y podemos comenzar a usarla rápidamente.
Cómo habrán visto en los videos, la calidad de la imagen es realmente muy buena. Simplemente hay que sujetarla del mango, y mover la cámara a partir de una especie de joystick que tiene en la parte delantera. A eso se suma un control en la parte delantera, que permite movimientos rápidos. Por ejemplos, dos “taps” centra la imagen, y tres taps dirige la cámara hacia nosotros para hacer una selfie o filmarnos hablando. Se puede manejar la cámara desde la misma pantalla del celular, directamente con el dedo como control. El resultado es que tenemos mucho control sobre lo que filmamos. Y si queremos operar más rápido, simplemente podemos mover la cámara con la mano y listo.
Los formatos que genera la cámara son estándar: MP4 para video, JPEG para las fotos. En el caso de las fotos, puede generar panoramas de 180 y 360 grados; timelapses; y fotos tradicionales en 16:9 y 4:3. Las fotos son de muy buena calidad, aunque desde ya no compiten con una cámara réflex o mirrorless. Debajo, algunos ejemplos de fotos. No fueron editadas y están en su tamaño original -para abrirlas completas hay que hacer clic sobre ellas.
Uno de los mejores puntos tiene que ver con las continuas actualizaciones que le realiza DJI. Las primeras versiones del software de la cámara motivaron muchas quejas. La batería duraba poco; la conexión con el móvil era inestable; la cámara era muy ruidosa. Las actualizaciones mejoraron mucho la performance de la DJI Osmo. El motor de la cámara es mucho más silencioso cuando comienza a grabar; la conexión con el móvil es muy estable, tanto en iOS como en Android; la batería dura casi el doble de tiempo que con el software original.
Un tema que es un poco complicado con otros gimbal en este caso se soluciona fácil. La calibración se realiza de manera automática. En lugar de tener que usar un software y un nivel, simplemente apoyamos la cámara sobre una superficie firme y el software se ocupa del proceso.
Hay algunos puntos que no me gustaron tanto. Primero, el sonido no es muy bueno. Por suerte, eso se puede solucionar con agregar un micrófono externo -tiene una entrada estándar que permite usar muchos modelos. Dos, tiene su propio estándar de baterías con un cargador propio, que debe ser conectado a la electricidad -y no se puede cargar vía puerto USB, como las GoPro. Las baterías, además, son caras: 35 dólares cada una, y por ahora no hay mucha variedad de terceras marcas. Aunque ya se pueden conseguir cargadores dobles de otras firmas.
Para editar las imágenes en el móvil las podemos transferir vía la aplicación DJI Go. Por desgracia, por ahora su funcionalidad es bastante limitada, e incluso hay que transferir los videos de a uno. Es de esperar que la mejoren en los próximos meses. Los videos y fotos se almacenan en una tarjeta MicroSD que está en el cabezal que contiene la lente.
La DJI Osmo cuesta alrededor de 470 dólares en Estados Unidos. Como el caso de la GoPro, tiene una extensa variedad de accesorios que permite agregar más espacio para micrófono, flash y otros dispositivos destinados a la filmación más profesional. Estos accesorios no son baratos, pero ahora están apareciendo versiones producidas por terceros, y con un precio menor. Como parte de la misma línea, DJI sacó hace poco una versión que permite estabilizar y filmar directamente desde el móvil. Bajo el nombre de Osmo Mobile, cuesta alrededor de 300 dólares.