#JaponATB: viajes planificados y cambios de último momento

#JaponATB: viajes planificados y cambios de último momento

No importa cuánto tiempo antes se comienza a planificar un viaje. Se puede comprar el pasaje con meses de anticipación, buscar información sobre escalas y transporte, y aún asi tus planes pueden cambiar a último momento. Es lo que nos pasó en los últimos días con nuestro viaje a Japón. El pasaje lo compramos hace meses, vía American Airlines y Japan Airlines, con escala en New York y destino final Narita, el aeropuerto que recibe mayor cantidad de vuelos internacionales. Pero este fin de semana en Argentina hubo paro de controladores aéreos. Por ese motivo, American Airlines levantó los vuelos a New York, y nos reubicó en British Airways, via Londres y con destino final Haneda. Salimos 14 horas más tarde del horario original.

Con este cambio, vamos a hacer la ruta primero en un sentido (Buenos Aires – Londres – Tokio) y el regreso en otro (Tokio – Tokio – Buenos Aires). Y el cambio con Londres no estuvo nada mal. Con 5 horas de escalas, el tiempo se pasa volando con tantas tiendas y lugares que visitar. Hay una enorme cantidad de tiendas, y aprovechamos para desayunar algo en el restaurante de Gordon Ramsay, Food Plane, que tendrá su entrada aparte.

Los vuelos estuvieron muy tranquilos. El de Buenos Aires – Londres iba casi completo. La comida fue el tradicional “chicken or pasta”; las pastas eran más ricas que el pollo, y el vino que servían, un tempranillo español, estaba muy bien. Para no dormir tanto busqué ver varias películas, porque el plan era descansar más en el trayecto Londres – Tokio y así no tener tanto jet lag en el destino. Vi Carol, de Todd Haynes, que no me convenció para nada -el tema es muy interesante pero los personajes nunca se desarrollan muy bien, lo cuál es bastante particular en una película que tiene el foco en pocos personajes; Zoolander 2, que es tan mala como esperaba; y Deadpool, que es una buena muestra de cuán mainstream se ha transformado esto de enfocar cómo se construye un relato, en este caso de una especia de superhéroe.

Londres – Tokyo tenía mejor comida. Enfocado en lo japonés, había salmón rosado con arroz y risotto de espinaca y hongos. Aunque ya para ese momento preferí comer con té verde y pasar del vino por el tema de la hidratación. Tener un viaje de más de 30 horas, con 25 horas en el avión, fue cansador, claro, pero llegamos bastante bien a Haneda. Una diferencia interesante: mientras que Buenos Aires – Londres tuvo momentos con la mayor parte de los pasajeros durmiendo, el trayecto Londres – Haneda tenía mucha más gente viendo películas o charlando en la parte posterior del avión, donde servían bebidas y había desde chocolates hasta paquetes de papas fritas para picar algo. En este vuelo sólo vi una película, Hail César, de los hermanos Cohen, que realmente me gustó, en particular por la vuelta de tuerca del tema del cine dentro del cine. El sistema de entretenimiento del vuelo a Tokio era más moderno, aunque la disponibilidad de contenido era bastante similar al del trayecto desde Buenos Aires.

Debajo, algunas de las fotos de cenas, almuerzos y desayunos en los dos vuelos. En la próxima edición de la entrada agreso más información en cada plato.

El viaje Londres – Tokio tiene una particularidad interesante: siempre estás esquivando el comienzo de la noche, así que todo el trayecto es de día.

Londres - Haneda

La llegada a Haneda tenía sus temas: había que retirar el router de mobile wifi, comprar la tarjeta del metro y más. Pero eso va en la próxima entrada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba
Mastodon