Wearables y viajes: de la actividad física al contexto de la vida cotidiana

Wearables y viajes: de la actividad física al contexto de la vida cotidiana

Si seguíamos durante 2012 y 2013 la evolución de los lanzamientos de los dispositivos conocidos como “wearables” -básicamente, hardware que podemos usar junto con la ropa o incorporados como pulseras- el rumbo parecía bastante claro, con orientación hacia la actividad física. Medir pasos, kilómetros recorridos, calorías gastadas eran los puntos centrales de dispositivos destinados en particular al público que realiza deportes y estaba interesado en mantener un mejor estado físico. Pero los últimos anuncios de este tipo de dispositivos marca un interés cada vez más marcado por el contexto, tanto por la recolección de más datos, ya no necesariamente ligados a lo deportivo, como por la integración con funciones como reloj, notificaciones del celular, fotos, etc. Y en ese punto comienza a tener más interés como parte de un proceso de recolección de información en viajes. Pero, como indicamos en una entrada anterior, lo interesante es que este tipo de dispositivos cumplen su función tanto en viajes como en los entornos de la vida cotidiana.

Si chequeamos los anuncios de, por ejemplo, Sony con la pulsera Core, vemos que el foco está mucho más puesto en el lifelogging que en otros aspectos. La integración de geolocalización, la automatización de recolección de otros datos (fotos, videos, etc) y la creciente integración con celulares y tablets son parte de la evolución de los wearables hacia dirigirse cada vez más hacia los usos cotidianos. En el caso del mercado de viajes, no cuesta pensar en que se pueden crear mapas con los recorridos realizados; geolocalizar de manera inmediata fotos y videos; vincular contenido generado por los sensores del dispositivo con otros publicados en redes sociales, entre otras funciones.

Y ese cambio va en la línea de la presencia, cada vez más ubicua y omnipresente, de Internet en más aspectos de nuestras vidas. Muchos dispositivos de la vida cotidiana comienzan a comunicarse entre sí y a recolectar cada vez más información sobre nosotros, pero también sobre el entorno. Se podrá generar más información sobre los viajes, pero también recibir desde datos sobre el lugar donde nos encontramos hasta direcciones, información relevante como condiciones del tiempo, radiación solar, horas de luz, etc.

wearable

Desde ya, buena parte de este tipo de novedades implica una serie de preocupaciones sobre el tema de la privacidad y la cantidad de información que generamos sobre nosotros. Es cierto que desde ya podemos prescindir de este tipo de dispositivos y aplicaciones, pero hay que recordar que buena parte de la información que se almacena sobre nosotros no depende de nuestra voluntad -desde nuestra clasificación en bases de datos oficiales hasta nuestra aparición en videos realizados con cámaras IP en lugares públicos. Y que si el tema es nuestra ubicación, basta con usar un celular para que sepan nuestra ubicación en todo momento. En todo caso, la pelea política es por el conocimiento de cómo se almacena toda esa información y cómo podemos mantener el control sobre los datos personales, y no tanto por una “decisión individual” de usar un determinado dispositivo.

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