Aerolíneas, primera clase y guerra de clases

Aerolíneas, primera clase y guerra de clases

Allá por 2009, en plena crisis de la economía internacional, hablábamos de la decadencia de la primera clase. En aquél momento, una serie de aerolíneas comenzaban a armar planes para reducir el espacio dedicado a la primera clase ante la caída de la venta de los boletos más caros. Incluso se especulaba con implementar aviones que sólo tuvieran clase económica, y no sólo en vuelos cortos.

Pero parece que aquella predicción de la “muerte de la primera clase” era bastante apresurada, y que el tema pasaba más por el planificado sufrimiento de las clases economicas que por la desaparición de los asientos más caros. De hecho, en los últimos meses las aerolíneas no han parado de anunciar nuevas mejoras en la parte dedicada a los viajeros de primera clase y business, mientras los que se trasladas en la clase económica apenas pueden entrar en sus asientos, esperan en salas abarrotadas y se encuentran con más restricciones en el tema de equipajes.

Como cuentan en una nota de USA Today, proyectos que permitirían que el espacio de los asientos de la clase económica sean un poco más confortables no son ni siquiera considerados por las aerolíneas, concentradas en los pasajeros con los boletos más caros. Cito lo que publicaba en este blog allá por 2007, a partir de algunas afirmaciones de Tim Hartford en El Economista Encubierto:

Para que aquellos viajeros menos sensibles al precio acepten pagar más por ciertas comodidades, hay que lograr que haya una clara diferencia con respecto a las formas más económicas de viajar. Al fin y al cabo, para muchas empresas, introducir algunas mejoras para mejorar las clases económicas tampoco es tan prohibitivo. Asientos un poco mejores o una comida de mejor calidad no son cosas inalcanzables. ¿Entonces?. Para que los viajeros dispuestos a gastar más finalmente lo hagan, la percepción de la diferencia de comodidad con respecto a aquellos que gastan menos en pasaje debe ser muy clara. O, para decirlo de manera más simple, para que las empresas de transporte vendan tickets más caros, los pasajeros de segunda deben sufrir.

La percepción de la diferencia es el punto clave de la separación entre clases en el servicio de las aerolíneas. Y también del servicio en otros tipos de transporte, y en donde hay cada vez una mayor fragmentación en la calidad del transporte, con casos extremos como el de Sao Paulo, donde las atestadas calles de la ciudad son evitadas por los ejecutivos más adinerados, que pueden alquilar helicópteros para moverse de un lugar a otro.

Será, entonces, que a los de la clases económicas nos seguirá tocando el sufrimiento como forma de darle más sentido al gasto en boletos de primera clase. Y ésto no parece ser una tendencia de corto plazo, por cierto.

clase economica

3 comentarios en «Aerolíneas, primera clase y guerra de clases»

  1. La “primera clase” nunca termina de decaer. Siempre queda un espacio para la fragmentación, el suelo se parte y cae por donde más se pisa: el montón.
    Como sucede actualmente en España. A rabiar, las que pierden son las clases “económicas”.Y pienso, saliendo del tema aerolíneas: cadenas, por ejemplo de vestimenta, que apostaban por el precio accesible para el consumidor “Ford T” están en rojo. La capacidad de pago queda en un sector que, para aceptar el precio Ferrari desea esa diferenciación cuasi “identitaria”. El pobre desea pisar ese pedacito de “suelo” al menos con una marca. Ya está de moda la trucholandia! El de “primera” mira de reojo.
    El problema de este medio de transporte es que los precios se vuelven tan y tan prohibitivos que al final el avión es de primera “entero” y los demás “mirando desde abajo” como les pasan por arriba (Cualquier parecido de la metáfora con la realidad es pura coincidencia)

    1. Desde ya que una de las características de cualquier crisis económica es la caída del consumo. Una buena parte de la sociedad no accede a comprar pasajes de avión, eso es sabido. Pero otra parte puede pagar por más comodidades. En todo caso, si tengo que buscar conexiones con lo social, creo que es más interesante concentrarse en el crecimiento de la desigualdad social que se verifica en la mayor parte de las economías, incluso en la de los países más desarrollados.

  2. Es cierto que las conexiones con “lo social” son evidentes y probablemente sabidas. Pero también está en bandeja que se pueda pagar más por más comodidades.
    De última, suponemos que continuamente se evalúan las repercusiones de las crisis transitadas. Habrán constatado donde quedó la capacidad de pago -y eso se repite en todos los sectores- y buscarán mantener a una clase económica que por ahí no puede pagar más y a una business que seguro que se puede estirar otro poco. Es lógico que para lograr el estirón se ofrezca un “valor añadido” que se perciba junto con esa subida de precio. Y ese valor (supuesto o realmente existente) debe ser percibido como diferente a algo: o bien una comodidad que en business antes no se tenía, o bien algo que la económica no tenga “todavía ni nunca”. Tiene su lógica que te ofrezcan alguna chuchería. Y también la tiene que el consumidor se crea con el “poder” de pagar para más o mejor xxx “whatever”. Desde ya, cuando tenga el privilegio de volar no les miraré con envidia y con el consuelo de saber lo que les ha costado!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba
Mastodon