Las autoridades brasileñas hace tiempo que vienen trabajando para intentar evitar que los precios de los hoteles y aerolíneas suban de manera excesiva durante el próximo Mundial de Fútbol, en particular en Río de Janeiro, donde se disputará la final. El principal problema se da en la hotelería, ya que en otros eventos realizados en Rio de Janeiro los precios rápidamente multiplicaron varias veces los precios habituales, ya de por sí entre los más caros de la región. En Río además ya tienen tradición de manejo de precios diferenciados y exigencias de estadías mínimas, como pasa durante el Año Nuevo y Carnaval. Ahora se anuncia que tanto aerolíneas como la mayor parte de los hoteles se comprometieron a no subir los precios más allá de cierto límite. Habrá que ver si se cumple, en particular si la demanda resulta ser tan fuerte como lo esperado. Más información (en inglés) en The Telegraph