No Grandi Navi: Venecia y las protestas en contra de la llegada masiva de cruceros

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Para todos los que visitamos Venecia, hay un punto que aparece como obvio: es una ciudad de la que difícilmente te olvides. Por su arquitectura notable en un entorno de canales y mar, la ciudad ya queda en tus recuerdos con sólo caminar por allí durante algunas horas. Pero, a la vez, Venecia es una especie de laboratorio del turismo moderno, donde se condensa lo mejor y lo peor del mercado de viajes. Por un lado, es cierto que los ingresos generados por los más de 20 millones de turistas que llegan al año a la ciudad crean muchos puestos de trabajo en sectores como hotelería, tours, paseos, gastronomía y una larga lista de actividades. Pero, por otro lado, semejante afluencia de visitantes tuvo una larga lista de consecuencias. La más conocida: la explotación de los espacios de la ciudad con fines turísticos llevaron los precios de las propiedades a valores muy altos, y hoy en el casco histórico de Venecia viven no más de 60 mil personas. Pregunten cuando visiten la ciudad: casi todos los que trabajan allí viven en Mestre, en el continente, y eso explica el gran movimiento de buses y trenes hacia ese lugar.

Y hay un tema cuyo impacto se está dando en particular en la última década: el arribo de los cruceros en número cada vez más importante. Llegan 650 de ellos por año a Venecia, con 1,8 millones de pasajeros -en 1999 apenas llegaban a 100 mil. El problema de los cruceros es que por su tamaño, causan un movimiento de olas tal que afecta los cimientos de las viejas construcciones.

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En los últimos tiempos, se dan en Venecia un movimiento de protesta contra la llegada de los cruceros, bajo el nombre de “No grandi navi” (No más naves grandes), que busca poner freno al crecimiento de la llegada de barcos turísticos muy grandes al puerto de Venecia. Claro que en una ciudad tan turística la pelea no va a ser sencilla: se estima que los pasajeros que llegan en cruceros dejan al menos 200 millones de dólares al año en gastos. Ese punto es relevante, porque una de las críticas más comunes contra la industria de los cruceros es que no suelen impactar demasiado en la economía de los lugares donde llegan. Sus pasajeros no ocupan hoteles, muchas veces comen en el mismo barco y a lo sumo gastan en productos muy puntuales.

Sobre las protestas de No Grandi Navi pueden leer (en inglés) en The Nation y Skift. Sobre la problemática general de Venecia y el éxodo de sus habitantes, pueden revisar una nota de National Geographic de 2009. Tiene algunos años pero los puntos básicos aún están vigentes.

2 comentarios en «No Grandi Navi: Venecia y las protestas en contra de la llegada masiva de cruceros»

  1. Bastante pobre el saldo comercial obtenido por la ciudad, 200 millones divididos en 1,8 millones de turistas llegados en cruceros da un promedio de gastos por cada turista de 111 dolares.
    Cualquier turista mochilero gasta mas en un dia en Venecia que 111 dolares.

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