De acuerdo al Banco Mundial, los viajeros que se trasladan en la primera clase de los aviones generan una huella de carbono seis veces superior a los que se apretujan en el diminuto espacio de la sección turista. Eso se debe a que ocupan más espacio (ellos y su equipaje) y por lo tanto más combustible por pasajero transportado. Ya saben, ahora pueden decir “no viajo en primera porque quiero cuidar el medio ambiente”. El informe del BM en este enlace (PDF). Visto en Quartz.