Habrán leído la noticia en muchos sitios de tecnología: en Estados Unidos, Instagram ya tiene más usuarios activos por día desde dispositivos móviles que Twitter. La comparación da 7,3 millones de Instagram contra 6,9 millones de Twitter. El dato circuló mucho, aunque era bastante previsible que algo así terminaría pasando. Instagram decidió de entrada que se concentraría en los dispositivos móviles, y que su sitio Web apenas serviría para ver fotos puntuales. Además, no permitió en ningún momento la creación de clientes alternativos de acceso, con lo que concentró todos los usuarios en su aplicación y en dispositivos móviles. Bastante diferente a las formas de acceso de Twitter en la actualidad, con muchos clientes diferentes y un uso muy relevante desde el sitio Web.
El problema, en todo caso, son las conclusiones: el éxito de Instagram sobre dispositivos móviles es el producto de una decisión de mantener una comunidad con formas muy limitadas de interacción con otras aplicaciones. Aprovecha la idea del tiempo real, pero que no permite aplicaciones de terceros más allá de temas como estadísticas y gestores de fotos vía Web, algo de lo que ya hablamos en una entrada de hace unos meses. Justamente, el modelo hacia el que está yendo Twitter con las modificaciones a su arquitectura, que busca que los usuarios usen las aplicaciones oficiales y no la de terceros. O que suma cada vez más limitaciones a sus usos externos, como establecer cuáles son los “usos permitidos” de los tweets. La estrategia de Twitter de concentrar cada vez más a los usuarios sobre su propia red seguramente va a terminar con un previsible incremento en la cantidad de usuarios, pero a costa de la libertad de uso de Twitter. Digamos que no es una “noticia exitosa” para muchos de nosotros.
A medida que pasan los meses, queda claro que Instagram no tiene mayores intenciones de abrir mucho más su API a terceros, lo que tiene como principal consecuencia que no podemos buscar usar algún cliente más completo o innovador para acceder a su red de fotos. También limita el uso de Instagram para usuarios de otros sistemas operativos, como Blackberry OS o Windows Phone -aunque parece que para este último saldrá en poco tiempo.
Uno de los puntos interesantes de publicar en otras plataformas tiene que ver son sus usos posteriores, como la creación de textos que compilan textos, fotos y videos. La progresiva limitación de uso y el cierre de los servicios Web más relevantes sobre sus propias redes le quita buena parte de su interés para quienes, por ejemplo, escribimos en blogs. Desde ya, no somos ni remotamente el usuario más usual de estas redes cerradas; la mayor parte de ellos construye su relevancia al interior de estos servicios Web, y no tiene mayor urgencia en reutilizar esos materiales en otros sitios.
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