Scott Lash, sobre elites y ciudades globalizadas

Ningún lugar

“En el orden de la información, la desigualdad tiende a definirse cada vez menos por las relaciones de producción entre capitalistas y trabajadores en una empresa o fábrica determinada. Ese era el paradigma de la desigualdad en el orden industrial. En el orden de la información es más central la exclusión que la explotación. Y la exclusión es en primerísimo lugar algo definido en conjunción con los flujos y estructuras informacionales y comunicacionales. Lo que surge es un “circuito” de elites relativamente desarraigadas (y cada vez más globales). El orden de la información es una sociedad del “y” conectada por redes. Como terminales, estas redes tienen interfaces móviles entre humanos y máquinas, conectadas por líneas de comunicación. A través de esas interfaces circulan las finanzas, la tecnología, los medios, la cultura, la información, las comunicaciones, etc. La inclusión en el circuito de esas redes tiene algo de genérico (esto es, no nacional, acontextual y no identitario) (…) En este aspecto es importante la ocupación de un espacio costoso en los distritos centrales de las ciudades globales crecientemente genéricas, lo cual da acceso, otra vez, a toda la gama de comunicaciones y transacciones cara a cara (…) La consecuencia es el surgimiento de una elite global, cuyo punto de identificación es la elite global de otras ciudades semejantes (…) Su identificación tiende a orientarse hacia el exterior (…) Autoincluirse y autoidentificarse en el contexto de los flujos globales de información y comunicación es autoexcluirse y desidentificarse de los flujos nacionales”.

Scott Lash, en Crítica de la información, Buenos Aires, Amorrortu, 2005, páginas 26 y 27. La edición original en inglés es de 2002.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba
Mastodon