(Actualización de la versión original, de 2009, con los valores nuevos y con el agregado del Metro y el Metropolitano. Cualquier dato no preciso o que requiera de actualización, avisen en los comentarios).
Siempre pensé que no se puede conocer una ciudad si no usas el transporte público más masivo, como los micros/ buses/ colectivos, metros/ subtes y trenes suburbanos. Muchos turistas tienden a viajar casi exclusivamente en taxis o en servicios de transporte incluidos en los tours, lo cual, en cierta medida, te preserva dentro de una “burbuja” que no te permite conocer mejor los lugares que visitas. Sé que hay razones de seguridad para este tipo de comportamiento, pero a veces estas medidas son un tanto exageradas. Y, como vamos a ver más adelante, usar taxis no siempre te previene de robos u otros problemas.
Al momento de escribir esta entrada (primeros días de febrero de 2012), el cambio era, aproximadamente, de 2,66 soles por cada dólar. Por lo que vi en algunos diarios limeños dedicados a temas económicos, para fines de 2012 se espera que el dólar cotice a 2,60 soles.
Llegada al aeropuerto: en el hall del aeropuerto de Lima hay servicios de taxis autorizados. Contraten siempre en los mostradores, donde les darán un número y les asignarán un taxista. El servicio arranca desde 25 soles (algo menos de 10 dólares), y se encarece cuando más lejos van. Es bastante más caro que en los taxis en la calle, pero les recomendaría, por un tema de seguridad, optar esta vez por pagar un poco más. Más adelante me explico en la parte sobre taxis.
Metro: en enero de 2012 comenzó a funcionar la línea 1 del Metro de Lima. Va desde la estación Miguel Grau, en el centro histórico / Cercado de Lima, y llega a Villa El Salvador, en el sur. Es un viaje de 35 minutos, por 1,50 soles. El plan completo del metro es llegar hasta San Juan de Lurigancho, pero esa etapa aún no se construyó. Muy relevante para la población limeña, sin embargo no va a impactar demasiado en el turismo, ya que el Metro no pasa demasiado cerca de las áreas frecuentadas por los visitantes a la ciudad.
Debajo tienen el mapa con el proyecto completo del metro de Lima, pero recuerden que por ahora el servicio se brinda sólo entre Miguel Grau y Villa El Salvador.
Metropolitano: se trata de una línea de buses que usan carriles exclusivos. En este caso, une Chorrillos con Independencia, y pasa por varios distritos muy frecuentados por turistas, como Barranco, Miraflores y San Isidro, además del Cercado de Lima. El sistema consta de un sistema central, con los buses en carriles exclusivos, y una serie de “rutas alimentadoras” que se dirigen a otros distritos, como pueden chequear en la página del Metropolitano. El pasaje cuesta 2 soles. Para pagar el viaje, hay que adquirir una tarjeta por 5 soles. 3 soles es el costo de la tarjeta, y quedan 2 soles de saldo para viajar. Se puede personalizar la tarjeta a nombre del comprador; en ese caso, si la pierden, la tarjeta se bloquea y te transfieren el saldo a una nueva tarjeta. Las recargas se hacen en las máquinas -que no dan vuelto, así que hay que tener cambio- o en las boleterías / taquillas en las estaciones. Allí si dan cambio, pero hay que cargar como mínimo 10 soles (si pagan con 100 soles) o 5 soles (si pagan con un billete de 50). Si pagan con billetes de menos de 20, no hay un mínimo de recarga exigido.
Debajo, el esquema del recorrido del Metropolitano.
Combis y micros: el transporte de Lima se destaca por ser un poco complicado, y buena parte de esto se provoca gracias a las agresivas combis, que hacen todo tipo de maniobra para conseguir más pasajeros. Hay un precio oficial para los boletos, que aparece en un listado de tarifas, usualmente pegado en las ventanillas de la combi. Pero este precio no siempre es el que cobran. De acuerdo a la distancia, es posible negociar la tarifa. Por ejemplo, por distancias cortas se puede pagar “china” (0,50 soles); por recorridos un poco más largos, entre 1 y 2 soles, aunque los precios por lo general están entre 1,20 y 1,50 soles. En ocasiones, también depende de la demanda que exista en ese trayecto y cuán completas vayan las combis. Por la noche -después de las 22 horas- el boleto es un poco más caro; y en feriados cuesta un 50% más. Pero el precio suele ser objeto de conversación entre los cobradores y pasajeros; los segundos siempre quieren pagar como mucho un sol, y los cobradores a veces quieren un poco más. Presten atención a ese tipo de conversaciones. Por cierto, las combis suelen ser, en su mayoría, de tamaño un tanto pequeño. Si son un poco altos, van a estar muy incómodos. Si pueden, viajen en líneas de micros con unidades un poco más grandes. Si bien hay paraderos, normalmente estos micros se detienen en cualquier lugar, salvo en lugares donde haya mayor control policial. Aunque en los últimos tiempos se ve un poco más de seguimiento del tema, y cada vez son más las zonas de Lima donde se controla que los buses sólo se detengan en los lugares autorizados. En los paraderos no hay ninguna organización por cola u orden de llegada; apenas llega la combi, los pasajeros se abalanzan sobre ella. Así que si quieren subir, en particular en horas pico, preparénse para ser un poco agresivos, aunque les moleste un poco. Tampoco hay muchos miramientos con el tema de sexo o edad; el primero que llega, sube sin más. Para bajar, avisen al cobrador.
Micros de larga distancia u ómnibus: existe un terminal privado de buses en Plaza Lima Norte, pero muchas grandes compañías siguen operando desde sus terminales privadas. Así que lo más probable es que tengan que dirigirse hasta las oficinas de cada compañía, que suelen estar en zonas como La Victoria o por la avenida Javier Prado Este. Averiguen donde se encuentra la terminal de cada línea antes de comprar los pasajes. También hay un terminal bastante informal, conocido como Fiori, al lado de Plaza Lima Norte. Se trata de compañías pequeñas, más económicas, pero que no garantizan los estándares de seguridad de compañías más reconocidas.
Taxis: el servicio de taxis de Lima es altamente informal, y la mayor parte de ellos no está registrado. Si bien son más económicos que en otras ciudades latinoamericanas, el problema central es la seguridad; muchos limeños les pueden contar de casos de robos cometidos en los taxis. Por ello, si están muy preocupados por su seguridad, opten por usar servicios de autos que les recomienden en su hotel o los enviados por servicios de radiotaxi, como Taxi Real o Aló Taxis. Si de todos modos optan por tomar taxis en la calle, recuerden que éstos no tienen taxímetro. Eso significa que deben negociar previamente la tarifa antes de subir. Normalmente, el precio que te pide el taxista puede ser discutido, y pagar uno o dos soles menos a lo pedido. Ojo: si les ven pinta de gringos o turistas, es muy probable que les pidan una tarifa más alta. Consulten a habitantes locales por los precios que normalmente se pagan por el trayecto que piensan hacer. De todos modos, tengan cuidado, en particular por la noche. Por cierto, hay iniciativas de empadronamiento de los taxistas limeños, que deberían culminar en algún momento de 2012. También hay taxis que son parte de un plan de la Municipalidad de Lima, de color blanco, conocidos como “taxi metropolitano”.
En zonas un poco más alejadas de las áreas turísticas de Lima se pueden encontrar mototaxis, como los que hay en muchas ciudades de provincias. Pero si permanecen en las zonas más usuales para el turismo -Miraflores, San Isidro, Surco, Cercado de Lima, Barranco- difícilmente vean alguno.
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