Llegamos hasta Pucallpa con la idea de hacer un viaje, a través del río Ucayali y Amazonas, hasta Iquitos. Si bien hay una serie de barcos que hacen esta ruta, lo que más nos interesaba era hacer el recorrido en un carguero. Ese servicio es prestado por una empresa llamada Henry, que tiene varios barcos, que llevan una gran cantidad de carga, y destinan un espacio para transportar pasajeros. La mayor parte de ellos viajan en hamaca, pero hay algunas cabinas / camarotes. El viaje puede durar de 3 a 5 días, ya que depende mucho de las condiciones del río, y de la temporada. En nuestro caso no hubo mayores problemas, y además en estos meses -el invierno en la selva- los ríos tienen mucha agua. Así que tardamos tres días en llegar.
Pucallpa es una de las principales ciudades de la selva peruana, y pueden llegar a ella desde Lima vía aérea -hay vuelos de LAN, Peruvian Airlines y Star Perú, una hora de viaje- o en bus -21 horas de viaje. Iquitos, en cambio, sólo cuenta con vía aérea -hora y media de viaje-, o fluvial. Hay que tener en claro un punto: si bien el barco puede tener un horario de salida, eso es algo que no necesariamente se cumple. Si no completa la carga, saldrá después; si ya cargaron todo, puede salir algunas horas antes -y eso fue lo que sucedió esta vez. Tampoco hay un lugar específico donde encontrarlo. El barco puede estar en diversos lugares del río, en Pucallpa, y hay que dedicarse a buscarlo. La ciudad no tiene ningún muelle definido, así que hay que ser paciente.
Si quieren hacer el viaje, la recomendación es, apenas lleguen a Pucallpa, ir en busca del barco, y asegurarse un lugar, o tener en claro el día y horario aproximado de salida. En nuestro caso, encontramos el barco a algunas cuadras del boulevard de Pucallpa, en tareas de carga. Seguramente se les van a acercar personas que les dirán que ellos los ayudarán con la tarea de reservar en el barco. Desde ya, después querrán su recompensa por la tarea, y les van a pedir de 10 a 20 soles. Pero pueden optar por hacer “el trámite” de compra por su lado. Para ello, en la planta baja del barco, al final de la zona de carga, encontrarán a los encargados. Esto sólo tiene sentido si quieren comprar una cabina / camarote, que sale 180 soles por persona. Si quieren viajar en hamaca, por 100 soles, básicamente tendrán que ir al menos un día antes de la salida del barco, colgar su hamaca y guardar su lugar. Eso puede incluir pasar la noche anterior a la salida en el barco. Guardar el lugar les servirá para que luego, cuando el barco se llene, no cuelguen hamacas demasiado cerca de ustedes y no viajen muy incómodos. También es importante averiguar el día de salida del barco apenas llegan a Pucallpa, ya que si sale el día posterior a la salida, es probable que ni siquiera se alojen en un hotel. Depende las épocas, hay barcos cada dos a cuatro días.
Consejo: si bien les pueden decir que les “reservarán” la cabina y paguen luego, insistan, abonen el precio, y obtengan el recibo de pago. Luego, vendrá la tarea de obtener la llave, para poder ya dejar todas sus cosas en la cabina. En nuestro caso, vimos varias personas a las que les habían prometido cabina, pero a la hora de salir no había ninguna disponible. Incluso nos pasó que, cuando llegamos, había valijas de otras personas dentro de la cabina. Reclamamos, y nos dijeron que había sido una confusión, y se llevaron los equipajes a otro lado.
Si viajan en hamaca, simplemente tendrán sus cosas con ustedes. Por cierto, el viaje no incluye la hamaca, y tendrán que llevarla una propia. Hay vendedores en el barco, que las venden por 40 soles, pero desde ya se pueden conseguir por menos en otros lugares. Pero los vendedores, con la compra, les instalarán la hamaca. Si además quieren soga extra, sumen 3 soles más. En la zona cercana a la salida del barco hay locales de venta de agua, y demás, pero son bastante caros.
En nuestro caso, el barco debía salir el martes 10 de enero a las 17:30 horas. Pero como ya estaba completo, lo hizo a las 12:30 horas, cinco horas antes. Una razón bastante contundente para llegar temprano al barco, o pasar la noche en él: no sabrán muy bien a que hora sale. Recuerden además que, como está cargando, el barco se está moviendo por distintos lugares en la orilla del río. Así que pueden dejar el barco en un punto para ir a pasear o de comprar, regresar y no encontrarlo. Probablemente van a tener que esperar algunas horas hasta que regrese al mismo punto, o buscar más información.
El barco tiene 5 pisos. El primero, tercero y quinto están casi completos con mercadería -el quinto es además donde está el capitán y el timón. Las hamacas se ubican en el segundo y cuarto piso. Las cabinas, en el cuarto. Entre el segundo y el quinto hay una serie de “balcones” para dedicarse a mirar el río, pero además se puede bajar sin problemas al primer piso y llegar hasta la parte delantera del barco, justo delante de la carga. La mayor parte de las hamacas se ubica en el segundo piso, pero también hay un espacio grande en el cuarto. Recuerden, de todos modos, que cuando estos espacios se completan, las hamacas se ubicarán donde encuentren el mínimo espacio, como en los pasillos, cerca de las escaleras, o muy pegadas de otras hamacas cuyo dueño no parece estar presente. Razón por la cual conviene estar en tu hamaca mientras los pasajeros las ven ubicando, y quejarse si las cuelgan demasiado cerca. Ojo: la empresa Henry tiene varios barcos, y algunos de ellos pueden tener menos pisos o no coincidir con esta descripción. Nosotros viajamos en el Henry 7.
MInutos antes de salir, el barco estaba realmente lleno. No sólo las zonas para las hamacas estaban completas. Casi cualquier espacio posible es ocupado. Por ejemplo, los pasillos que se encuentran delante de las cabinas. Así que para salir de ellas van a tener que esquivar hamacas, agacharse, saltar, y demás. Este tema hace un poco complicado moverse por el barco. Por ejemplo, junto con su cabina, tienen derecho a tender su hamaca en la zona destinadas a ellas -la próxima entrada estará destinada a comparar el tema de viajar en cabina o hamaca. Pero si no dejan su hamaca cerca de la cabina, van a tardar un buen rato en llegar a ella.
Los pasajeros del barco son mayormente habitantes de la zona, sobre todo en la zona de hamacas. Pero también van a encontrar a muchos mochileros. Si viajan en cabina, les llevarán en plato el desayuno (7 am), almuerzo (1 pm) y cena (5 pm). La comida es siempre arroz con presas de pollo, por lo general acompañada por plátano sancochado. A veces incluía frijoles, yuca, ensalada de col o salsa de tomate. No incluye bebida. Pero si viajan en hamaca, tendrán que ir a buscar su comida al segundo piso -recuerden que en Perú no hay “planta baja”, eso es primer piso. Así que recuerden que tienen que llevar su recipiente para recibir su sopa, que es la comida de todos los días. Hay un pequeño kiosco cerca de la cocina, donde pueden comprar galletitas, gaseosas frías / heladas, chocolate, papel higiénico y cigarrillos. No venden alcohol. Los precios son bastante razonables. De todas maneras, tengan la precaución de llevar varias agua embotellada para beber.
Las cabinas tienen un pequeño baño, que incluye una ducha. Desde ya, agua de río, fría. Si viajan en hamacas, hay baños en la parte posterior del barco, con duchas. Como corresponde a la zona, hay muchos insectos, así que lleven su repelente. Los insectos que se acercan a la luz son realmente muy molestos, sobre todo si usan alguna luz para leer en la noche -y hay bastante tiempo para leer, así que lleven sus libros. Las cabinas tienen suministro eléctrico la mayor parte del tiempo, en particular por la noche, con un pequeño ventilador y un enchufe, que pueden aprovechar para recargar baterías y otros dispositivos. Hay colchones, pero tienen que llevar sus propias sábanas, almohadas -por un tema de comodidad, lleven una inflable-, toallas y jabón. En la noche, en particular si llueve, la temperatura puede bajar algo. Por la tarde, desde ya, hace mucho calor.
El barco se mueve a una velocidad promedio de unos 17 kilómetros. Como es tan grande, se mueve muy poco, y no van a tener problemas de mareos. Eso sí: es muy ruidoso, y van a escuchar los sonidos del timón y otros sonidos relacionados con la navegación. A lo largo de los tres días, se detuvo en unos 7 a 8 lugares. Si bien la mayor parte de las personas van a Iquitos, hay pasajeros que suben y descienden en puntos intermedios. En esas detenciones suben muchos vendedores ambulantes, que comercializan desde comidas hasta frutas, agua, gaseosa, y demás. Algunas comidas, como los juanes y pescados fritos, literalmente se venden en segundos. Así que si están con hambre y no les gusta la sopa o el arroz con pollo, mejor que se ubiquen bien para comprar. Por ejemplo, en el primer piso o en la escalera que lleva al segundo. Los vendedores no venden cerveza o alcohol, pero vimos a varios mochileros que bajaron a comprar en los pueblos. Uno de ellos se alejó demasiado en Requena, y se quedó abajo. Lo fueron a buscar en lancha.
A lo largo del viaje, hay mucho tiempo para dedicarse a leer, tomar fotos o escribir notas. Al menos en esta época del año, es muy probable que llueva, cosa que pasó casi siempre por la tarde. Pero es un viaje muy tranquilo. Nos contaron que en años anteriores los barcos incluso eran abordados por “piratas” y ladrones. Pero nos señalaron que ya no ocurren esos hechos, y que los barcos llevan vigilantes armados -algunos de ellos tienen esa indicación pintada en el casco.
Quedan temas para la próxima entrada, como si conviene bajar en hamaca o en cabina. También los datos para seguir viaje por el Amazonas, para aquellos que quieren ir hacia Brasil -nosotros no seguimos camino, desde Iquitos volvimos a Lima. Desde ya, habrá otras entradas dedicadas a Iquitos y Pucallpa. Próxima entrada, el jueves, porque hoy martes 31 es mi cumpleaños y no pienso sentarme a escribir :)
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