Para esta semana se espera conocer el resultado de la apelación presentada por una pareja británica ante la justicia de Dubai. Ambos fueron condenados a un mes de prisión por darse un beso en público en un restaurante. Ninguno de los dos ha ido por ahora a la cárcel, pero no pueden salir de Dubai porque sus pasaportes están retenidos por las autoridades -la mujer estaba de vacaciones, pero el hombre vivía desde hace un tiempo allí. También fueron acusados por cargos relacionados con el consumo de alcohol, cuyo consumo no está permitido en el país.
Este tipo de casos no son una novedad. En 2008, una pareja de británicos fue condenada a tres meses de prisión por mantener relaciones sexuales en una playa. Si bien Dubai ha hecho grandes esfuerzos por lograr atraer al turismo internacional, eso no quita que sigan adhiriendo a una política bastante estricta en el tema de las relaciones entre sexos, en particular entre parejas no casadas. El tema, de todos modos, no deja de ser un buen motivo de debate sobre las relaciones entre globalización, negocios y costumbres locales.
En el caso más nuevo, la defensa sostiene que el beso fue en la mejilla, y no en los labios. La diferencia aparece como fundamental, porque la acusación sostiene que la pareja “cometió un acto sexual al besarse en los labios y tocarse”. Como ya planteé en una entrada anterior, la cobertura de este caso vuelve a marcar cierta tendencia en las agendas periodísticas: de Dubai se pueden cubrir casos como éstos, o a lo sumo sus dificultades financieras, pero otros temas como la explotación laboral y la falta de democracia en el país apenas si reciben atención.
Más sobre el tema en el cable de AFP. Sobre Dubai, pueden ver en este blog Dubai, entre el turismo y el superavit I; Dubai, entre el turismo y el superavit 2; y Dubai, entre el turismo y el superavit 3 (y final). La imagen que abre la emtrada fue tomada por Britrob y publicada en Flickr bajo licencia Creative Commons Attribution.
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