Buenos Aires y los cierres de restaurantes

Almuerzo rápido

En las últimas semanas, se ha registrado un importante número de cierres de restaurantes en Buenos Aires, que algunos estiman en 200 a 300 locales. La hipótesis de Alejandro Magliano, un columnista de La Nación, es bastante simple: la principal causa de muchos de estos cierres es que un buen número de restaurantes se concentraron en el segmento de los turistas internacionales, y aumentaron sus precios de tal manera que se transformaron en demasiado caros para los habitantes locales. Ahora, que el turismo internacional está en plena caída gracias a la crisis global, muchos de ellos deben cerrar porque no son competitivos. Magliano lo dice sin vueltas: el problema es que se creyeron que la “gilada turística” les iba a durar por siempre, y con ello, los precios tan caros como en New York o París.

Efectivamente, muchos restaurantes de Buenos Aires, ubicados en las zonas más visitadas por turistas, habían aumentado demasiado sus precios, a una velocidad mayor que la inflación local -que ya fue muy alta este año, por cierto. Pero este incremento de precios no sólo se verificó en los restaurantes, ni se limitó a Buenos Aires; muchos turistas pudieron observar que en buena parte de la Argentina los precios de cualquier servicio ligado con el turismo sufrió notables incrementos, a tal punto que de ser un país de precios más bien económicos en 2002, hemos pasado a tener costos bastante similares a los de muchos países desarrollados. Para quienes tenemos la suerte de viajar, podemos ver que comer en New York no es más caro que en Buenos Aires, en particular en el segmento de menúes en los mediodías, por ejemplo. Los hoteles también entran en este terreno. En lo único donde Argentina aún saca diferencia es en el costo del transporte, en particular el terrestre, donde los precios no son tan altos gracias a que el valor del combustible es más económico que en los países cercanos. Pero con el descenso del precio del petróleo, incluso esta diferencia va camino a desaparecer.

Ya hace un tiempo muchos actores del mercado turístico vienen advirtiendo sobre la estrategia de corto plazo que prima en buena parte del campo turístico argentino. Para decirlo simple: “ganemos todo lo que podamos ahora, antes que explote la burbuja”. Eso justifica, claro, cobrar cualquier cosa mientras la situación lo permita, y salir del negocio apenas comience a caer la rentabilidad. De más está decir que difícilmente una estrategia de ese tipo permita que Argentina se inserte de manera estable en el mercado turístico internacional. Lo que hará que esto sea negocio no es “aprovechar la coyuntura”; es más bien establecerse como un destino confiable -al menos desde el punto de vista de los servicios y la calidad de atención.

Y si alguien sostiene que en el mercado argentino no se ha apostado de manera generalizada al corto plazo, que me explique como puede ser que, al primer coletazo de la crisis, semejante cantidad de restaurantes haya cerrado -desde ya sabemos que también hay crisis en el mercado local, pero los que cierran no son justamente los más económicos. Sabemos que ese segmento se destaca por una mortalidad más elevada que otros negocios. Pero llama la atención que coincida tan rápidamente con la caída del turismo internacional en la ciudad de Buenos Aires, un tema que tiene muy preocupados a los operadores locales. Ahora habrá que estar atentos a la oferta hotelera, a ver que pasa en los próximos meses.

La nota de Alejandro Maglione en La Nación la pueden ver en este enlace.

17 comentarios en «Buenos Aires y los cierres de restaurantes»

  1. Es la típica mentalidad argentina. Mientras la situación lo permite, se abusan a más no poder, exprimiendo al máximo a empleados y clientes, y la juntan en pala. Y cuando se viene la mala, lloran porque el trabajo les bajó y exigen que el Estado les resuelva el problema.

    Ahora que vivan de la que juntaron durante estos años, y si tienen que cerrar, que cierren y punto.

  2. Fede, en realidad ya están cerrando. El tema es que hacemos a futuro, porque con ese tipo de apuesta a corto plazo no vamos a ningún lado. De todos modos, en otros sectores el tema es diferente. Por ejemplo, para quienes invirtieron más dinero para montar, por ejemplo, un hotel, no debe ser tan fácil cerrar y listo -salvo que sólo hicieran el management; en ese caso, es simple irse.

  3. Jorge, dejando de lado el tema de la crisis internacional (que afecta a todos los países por igual), la baja de rentabilidad producida por el aumento de costos internos no debe ser vista como un problema. Lo que se produjo fue un acomodamiento, lógico e inevitable, de los costos internos a los internacionales. El que entre el 2002 y el 2006/2007 abrió un hotel o un restaurant creyendo que íbamos a tener una moneda devaluada por siempre y que Argentina siempre iba a ser barata para los turistas extranjeros, evidentemente tomó una decisión muy equivocada, y ahora tendrá que pagar las consecuencias de esa mala decisión.

  4. Me gustó el artículo.
    No estoy de acuerdo con lo que dice fede que quién invirtió en turismo en estos años “pensando en una argentina devaluada” tomó una decisión equivocada.
    Sí, obvio, el turismo creció de una manera notable en estos años, y sí, el cambio ayudó. Pero creo que Argentina y Buenos Aires tienen atractivos de sobra que van más allá del cambio y la gente no viene sólo porque es más barato comprarse una campera de cuero. Londres y París son caros incluso para turistas europeos o norteamericanos y sin embargo están llenos de viajeros.
    Yo creo que justamente el problema acá es que no se invierte ni piensa a largo plazo y se busca hacer la mayor cantidad de dinero aprovechando el momento y levantar todo cuando termine y moverse a otro negocio, una mentalidad muy de negocio de verano. Por eso aplaudo (¿?) y me pone contento ver que hay iniciativas como construcción de hoteles y negocios de ese estilo porque si el público baja, bajarán los precios a largo plazo, pero la infraestructura está.
    En fin, espero se entienda lo que quiero decir.

    Otro tema, y espero no molestar por preguntar por acá: es muy probable que me vaya al sur en el verano, hay info por acá? en el foro o en entradas… en un rato busco. Gracias

  5. Roy, el tema con los hoteles es quien los construye y los maneja sea el mismo. Algunas cadenas son manejadas por empresas que sólo se dedican al management. Cuando “cambia el panorama” les basta con rescindir el contrato e irse. Un día de esto hago una entrada sobre el tema, es interesante.

    En cuanto al sur, chequeá en el foro, porque por el blog no hay mucho, desde 2003 que no voy allá.

  6. El blog es genial. Lo vi por casualidad hoy y ya lo inclui entre mis favoritos. Saludos

  7. Sería interesar ver la lista de esos 200 0 300 que cerraron. No conozco ni uno que ha cerrado.

  8. Este tipo de situaciones se presenta cíclicamente con los vaivenes de las monedas locales. Periódicamente Argentina es un país “barato” para los turistas internacionales y en otros momentos, como en los últimos meses, se vuelve “caro”. Los precios “normales” en este momento, pueden equipararse casi a los de otros países (comparar una compra de supermercado promedio por ejemplo, en función del ingreso medio en cada país). Si además, hay precios “para turistas”, la diferencia hace que Argentina ya no sea considerada entre las opciones posibles para el gran mercado de viajeros, quienes deben pagarse un pasaje aéreo muy caro para llegar.
    Aprovecharse del turista no es privativo de Argentina, sucede en muchísimos lugares del mundo. Pero no escarmentar es muy nuestro.

    Dejo dos enlaces sobre este tema: Precios para locales y precios para turistas y El impuesto turístico que no se dice

    Saludos

  9. No es más que un reflejo de lo que pasa en todas las actividades. Los empresarios argentinos quieren ganar todo sin invertir, ni reconvertirse. El caso más elocuente lo tenemos entre “los industriales que supimos conseguir”, con instituciones como la UIA y CAME haciendo lobby para conseguir una devaluación porque no supieron o mejor dicho, no quisieron invertir, reconvertirse y hacerse más eficientes. la idea de ellos es, como siempre, que el estado los subvencione vía devaluación que terminamos pagando todos. Por ejemplo nunca olvido el caso de De Mendiguren (Coniglio), que se guardó los Dólares e hizo lobby para la bruital devaluación de 2.002 y uego de ésta, se mostró como paladín de la industria nacional.
    Como bien dice Fede, ahora que hay que poner, que ponga y reinviertan parte de lo que ganaron estos años.
    Saludos a todos.
    Her

  10. Víctor, si charlas con gente del mercado gastronómico, seguro que conocen varios casos. Y también te pueden contar sobre la caída de las ventas que están sufriendo desde hace meses.

    María Victoria, efectivamente estos ciclos se dan cada tanto. Pero estos problemas se anuncian desde hace tiempo, y da un poco de enojo que, a pesar de los avisos, muchos no tomen en cuenta para nada la dimensión de la inversión a mediano y largo plazo.

    Her, el tema de “pedir más devaluación” no es privativo de los industriales; no son pocos los que en el mercado turístico piden “mayor competitividad”, lo cual esconde un pedido bastante directo de “ajustar el tipo de cambio”.

  11. Roy, yo no digo que los turistas extranjeros vengan a Argentina solamente porque es (o era) un país barato. De hecho, antes del 2002 (o sea, durante el 1 a 1) Argentina también estaba lleno de turistas. Siempre lo estuvo. Pero la devaluación provocó un notable incremento en la llegada de turistas, debido a que a lo atractivo del país se sumó lo atractivo de sus precios. La oferta de servicios se expandió para acomodarse a ese incremento y al parecer más también (se sobreexpandió). Hoy, ese incremento de turistas está desapareciendo. Pero turistas seguirán llegando en cantidad a este país, así como llegaban antes de la devaluación del 2002.

  12. Cada vez que escucho que los industriales -o empresarios de cualquier sector- le piden al gobierno una devaluación, sinceramente siento vergüenza ajena. Es un acto de caradurismo del peor. Es decirle a la gente en la cara “nosotros queremos ser más competitivos, nos importa un carajo que ustedes pierdan poder adquisitivo, nos importa un carajo la inflación”. Debería darles vergüenza. ¿Por qué en vez de pedirle al gobierno devaluación, no le piden más competitividad vía rebajas de impuestos, aranceles, y retenciones, como debería ser? ¿Por qué no aprovecharon estos 5 o 6 años de bonanza para invertir en tecnología y procesos para ser más competitivos?

  13. Mi comentario estaba en línea con lo que comenta Fede. A eso apuntaba, que siempre piden una devaluación, que terminamos pagando todos en las góndolas de supermercado porque los amigos de la UIA nunca quisieron reinvertir un solo peso de todo lo que ganaron para producir más.
    Saludos a todos.

  14. Así es Jorge. Con lo que cuesta emprender un negocio (esfuerzo creativo, económico, financiero, tiempo, trabajo, ilusiones) es increíble que no se evalúen las posibilidades ciertas de retorno de la inversión (en términos de dinero, liquidación de créditos, tiempo, felicidad, progreso, etc.) Con la vista puesta en echar las redes y pescar lo más posible en el mínimo tiempo, se olvidan de situarse en el punto de la historia económica local y global en que se vive. Una lástima que entre tantos cadáveres económicos de “aprovechados”, también quede por el camino gente que quería hacer bien las cosas, y no supo ver lo que se venía.
    Saludos

  15. No se olviden de la historia del turista extranjero que paga mas caro el pasaje de avion en vuelos dentro de Argentina . Cobran casi el doble . Un disparate , como se lo explicas al tipo que viene de afuera ??. Lo peor es cosa colocada por el gobierno .Las empresas aereas , parece , no pueden hacer nada

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