Los limites del turismo 2

Casi un mes atrás, en una entrada anterior, planteaba una serie de puntos importantes acerca del enorme crecimiento que se pronostica tendrá el turismo internacional en los próximos 12 años -según la Organización Mundial del Turismo, pasará de 900 a 1600 millones de viajeros, gracias al incremento de la demanda por parte de turistas de países como China e India.

Ahora, vía The Economist Unit Intelligence, tenemos acceso a un resumen del artículo de Harvard Business Review que fue el punto de partida de aquella entrada: “The tourism time bomb”, de Paul Nunes y Mark Spelman.

Veamos como se espera que evolucione el turismo en los próximos 20 años, por regiones:

Al chequear el gráfico, vemos que el elemento más notorio es el crecimiento enorme de Asia y los países del Pacífico Sur dentro del mercado global. Pero a la vez, queda claro que Europa se mantendrá como la región con más visitantes por una buena ventaja, y que America, África y Medio Oriente crecerán, pero en proporciones mucho menores. Las presiones por los precios y la oferta, entonces, se darán de manera diferenciada, de acuerdo al crecimiento e infraestructura de cada región.

Como parte de los cambios producidos por el incremento del turismo, ya habíamos hablado de varios: suba de los precios, generalización de las listas de espera, saturación del mercado aéreo y los aeropuertos, y expansión de destinos locales que copiaban modelos de sitios ahora poco accesibles -por ejemplo, una versión de Hawaii en China, en la isla de Hainan.

Pero hay otro tema interesante: este crecimiento turístico es acompañado del crecimiento de ciertas franquicias globales destinadas a explotar ciertas marcas. Uno de los mejores ejemplos es el museo Guggenheim, que de New York se está expandiendo hacia varios lugares del planeta, como Bilbao, Las Vegas, Venecia y Berlín, y ya tiene todo preparado para abrir en Dubai. Seguramente en los próximos años también ponga el pie en América Latina y Asia. El Guggenheim no está solo en el mundo de los museos a la hora de globalizar su marca. El Louvre también prepara la apertura de un museo en Dubai. Tendencias similares pueden ser vistas en universidades y centros de diversión.

Estas tendencias se ajustan a lo que Nunes y Spelman consideran el principal problema del crecimiento de la demanda turística internacional: la “escasez de lugares”. Al subir la demanda pero permanecer la oferta sin tantos cambios, ciertos destinos se encarecen de tal manera que sólo la población mundial con mayores ingresos puede acceder a ellos. Hoy, desde ya, existen destinos muy exclusivos, pero no deja ser un poco impactante hipotetizar que ciudades muy turísticas como Londres o New York van camino a transformarse en destinos de elite.

De todos modos, y como parte del proceso de demanda, podría esperarse que aparezcan nuevos destinos para cubrir la demanda, en particular en regiones puntuales. Dicho de otra manera: la tendencia a la turistificación de una gran cantidad de lugares se va a hacer más intensa que en las pasadas décadas. Viajar, claro, se volverá más caro si queremos seguir visitando ciertos destinos en particular. Pero esto no parece nada frente al alza de los alimentos que estamos presenciando a escala global, y que amenaza con el hambre a las poblaciones más pobres.

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