Milanesas y comidas gourmets, o la ruta de Purmamarca

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Unas semanas atrás, hipotetizaba sobre las razones del aumento del costo para viajar por Argentina, producto de la combinación de la afluencia de viajeros extranjeros y la inflación local.

Ahora, un flashback. En 1998 llegué por primera vez a Purmamarca, en la provincia argentina de Jujuy, casi a la medianoche. Mientras esperaba que en el único lugar abierto, que vendía cosas para camioneros, me preparara un sanguche de milanesa, me dirigí a la plaza. Y el lugar simplemente me maravilló. Ni que decir cuando salió el sol. Simplemente, Purmamarca es un sitio de una belleza que te entusiasma. Por ese entonces, ni siquiera había camping, así que tiramos la carpa en un baldío. Nadie nos dijo nada; incluso, ese sitio estaba destinado a los mochileros.

La progresiva llegada del turismo internacional por allí ha permitido una complejización de la oferta turística en Purmamarca. Y hoy el diario argentino La Nación sacó una nota sobre la oferta gourmet en ese pequeño pueblo. La idea de esta entrada no es añorar los viejos tiempos. Más bien, es dar cuenta de la impresión que me causó hallar que ese mismo lugar que me maravilló y donde la primera comida que pude comprar fue un sanguche de milanesa, es hoy un sitio donde pueden encontrarse comidas de la zona gourmetizadas. Tengo claro que eso permite que los turistas gasten más dinero allí, pero no me queda muy claro si los habitantes que vivían en Purmamarca en 1998 hoy están recibiendo muchos beneficios del crecimiento del turismo.

Es muy probable que para antes de fin de año viaje a Jujuy. Quien dice, pero es probable que pueda dar cuenta de algunas diferencias en un relato de primera mano.

La nota del diario La Nación la pueden leer en este enlace. La foto que abre la entrada la tomé en enero de 2005, en la última oportunidad que estuve allí.

6 comentarios en «Milanesas y comidas gourmets, o la ruta de Purmamarca»

  1. Apostaría a que te vas a llevar una decepción. Cuando una zona como esa es “descubierta” para el turismo de masas… todo empieza a estropearse en nombre del “progreso” y, como bien dices, con la falsa excusa de la prosperidad local.

  2. Ya en 2005 se podían encontrar cajeros automáticos y otros signos evidentes de la llegada de manera más masiva de turistas con mayor capacidad de gasto (y estaba a punto de habilitarse el acceso a validación de tarjetas de crédito). Pero eso no es tan serio, se trata ante todo de servicios. El problema es que en nombre de dar “mejores prestaciones” destruyan las características edilicias del lugar y además comiencen a implementar medidas para que aquellos turistas con menor capacidad de gasto, como los mochileros, opten por irse a otros lugares.

  3. Estuve en Purmamarca por primera vez hace 2 meses, así que no tengo punto de referencia… pero sí me pasó con lo mismo con otros lugares…
    Coincido con vos en que el tema de los servicios está fuera de discusión. La cuestión es principalmente la modificación (a veces inevitable) del lugar, su “tranquilidad”, y la destrucción de sus característica en pos de estos servicios.
    Después, el tema de los turistas con menor capacidad de gasto y mochileros 8con o sin carpa), es secundario. Obviamente que irán (iremos) para otros lados… Pero también es importantecrear lugares a tal fin. Los argentinos ya sabemos cómo quedan los lugares luego de las “invasiones” de carpas y lugares “clandestinos” para acampar…

  4. Sí, desde ya el tema de las carpas tiene que ser regulado, porque además de un espacio se necesitan servicios higiénicos mínimos, agua, etc. El punto, claro, es que estos campings no terminen aumentando demasiado sus precios, ya que muchas veces regulan su oferta de acuerdo al valor de la hotelería del lugar. Si los hoteles suben, los campings también, ya que en referencia siguen siendo mucho más económicos. Y a pesar de ser más caros, no siempre son mejores. Pero la abundancia de lugares clandestinos para acampar suele dejar hecho un asco muchos lugares, por lo que es razonable que muchos sitios lleven adelante planes de instalar lugares específicos para ir con la carpa, incluso cuando son muy pequeños y no tan visitados -o al menos construyen un albergue municipal o cosas así.

  5. Coincido con Marcis, todos estos lugares progresan, pero de la mano de eso pierden el encanto. Yo siempre digo, fuí al NOA el último año que estuvo barato, para ser más precisos en Julio de 2.002, estuve de paso hacia Bolivia y Perú en Septiembre de 2.005, pero paré allí en Julio de 2.002 y todo era barato, Tucumán, Salta y Jujuy eran lugares donde uno podía hacer rendir el dinero.
    Luego con el paso del tiempo se llenó de turistas foráneos y de la mano de ellos, los precios comenzaron a aumentar hasta donde casi no se ven y hoy, vemos que lugares para alojarse salen fortunas, una excursión es carísima y ya no hablemos de ir a comer afuera!!!!.
    Recuerdo en los ’90 el famosísimo Hostel de Humahuaca en la Calle Buenos Aires, que ofrecía camas a 5 Pesos. No creo que hoy una cama en ese hostel salga menos de 22 a 25 Pesos y de nuevo, como decían más arriba al volverse comercial un pueblo va perdiendo su encanto.
    Puedo poner de mi parte a Macchu Picchu lo que ha cambiado en estos años, en Enero de 1.997 uno podía tomarse el Tren de 3º Clase y por 3 USD llegarse hasta la Estación Ruinas y hoy eso, ha cambiado com todos sabemos.
    Lo triste es que quien sale ganando con estas mejoras es el turista adinerado, que muchas veces, no sabe apreciar el significado de esos lugares, en desmedro del viajero que va a empaparse de cultura e historia a lugares únicos.

  6. Bueno, los que salen ganando son los de siempre: los que ya tienen dinero y se enriquecen más a costa de “sablear” al personal. En cuanto un sitio adquiere fama turística, los precios empiezan a subir y los abusos aparecen.

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