Haystack, Lonely Planet y las apuestas online

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Algunos meses atrás, la editorial Lonely Planet, que tiene las guías de viajes que probablemente más se usen en todo el mundo, lanzó Haystack, un sitio de reservaciones de hoteles por Internet. La novedad estaba en que únicamente aparecen en el sitio aquellos hospedajes que eran visitados por un autor o colaborador de Lonely Planet, que hacía una revisión del lugar y publicaba su opinión. La propuesta era interesante: si las guías se vendían bien gracias a que los viajeros confiaban en ellas, se podía extender la idea a la Web, y lograr que los visitantes del sitio optaran por reservar lugar en aquellos hoteles mejor calificados por los autores de la editorial. Al igual que en el caso de las guías, la editorial no recibe pago alguno por hacer aparecer ciertos sitios. Las ganancias salen de la comisión del 10% que cobra Lonely Planet sobre cada transacción a los hoteles.

Lo más interesante de la idea es que muchas veces los autores de guías de Lonely Planet recorren y visitan hoteles y alojamientos en lugares realmente poco visitados, donde la mayoría de los establecimientos de hotelería ni siquiera tienen sitio en Internet. Por eso, se estima que al menos el 50% de los alojamientos que aparecen en Haystack no están disponibles en otros sitios de la Red.

Pero aunque la idea suene interesante, por ahora no está funcionando comercialmente. Como analizan en Compete, menos del 5% de los visitantes al sitio de Lonely Planet -unos 630 mil al mes- pasaron por Haystack. De esa cantidad, apenas el 11% de quienes ingresaron al sitio de reservaciones revisaron información para varios sitios, y no más de 500 usuarios hicieron confirmaciones. Si se tiene en cuenta que la ganancia de Lonely Planet sale de la comisión por las ventas, se podrá analizar que por ahora Haystack no es precisamente un éxito. Pero la idea de fondo es interesante, siempre y cuando demos por sentado que mantiene el espíritu independiente de las guías de viajes de la empresa. Lo que sé aparece bastante claro por ahora es que, a pesar de sus esfuerzos, Lonely Planet sigue sin acertar una estrategia clara en Internet, que conserve el valor de su nombre, construido por ahora en base a sus guías en papel (la nota de Compete fue vista originalmente en The Boot)

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