La revista Viva, del diario argentino ClarÃn, publicó una interesante nota sobre los graves problemas que se están dando en la Quebrada de Humahuaca, en la provincia Argentina de Jujuy, alrededor de la propiedad de la tierra. El epicentro del problema se da sobre todo en Tilcara. Una de las principales razones de los conflictos se da por la demanda de terrenos para la construcción de hoteles y hostales. AsÃ, los habitantes de la zona tienen cada vez menos tierras disponibles, menos acceso al agua, e incluso ha habido casos de estafa y de lugareños que han perdido sus terrenos. La situación ya viene de lejos, y es interesante que un diario de circulación nacional en toda Argentina se ocupe del tema.
Muchas veces se habla de las consecuencias positivas del turismo, y cómo genera oportunidades para el crecimiento del empleo y de las oportunidades comerciales. Pero en este caso, nos estamos enfrentando a un problema más bien serio: cómo el turismo creciente en la zona está potenciando el aumento en el precio de la tierra y la expulsión de los habitantes locales, que ven como los negocios, finalmente, los hacen otros. ¿Acaso alguien puede decir que el mercado de viajes no tiene nada que ver con el incremento de la conflictividad en la zona por la propiedad de la tierra?
Nuevamente, la nota no ha salido en una sección de turismo, sino en una revista que, siendo parte del diario ClarÃn, más bien hace notas de “interés general”. Mientras tanto, el suplemento de viajes de ClarÃn saca, el mismo dÃa, una nota llamada “Tilcara, todo el color y la música”. De la conflictividad y los problemas narrados en la nota publicada en Viva, ni una lÃnea. ¿Hasta cuando el periodismo de viajes va a seguir mirando para otro lado, hablando de “magia y color” mientras algunos se pelean por las tierras, o pintando un maravilloso paisaje mientras el crecimiento del turismo en la zona causa cada vez más conflictos? La nota del suplemento Viajes de ClarÃn termina con una frase muy poética: “Por supuesto, el viajero sabrá que el cielo de Tilcara regala estrellas por doquier”. Apúrense a mirar las estrellas, porque como viene la mano en Tilcara, hasta eso les van a cobrar… Va siendo hora que los medios que se dedican al periodismo de viajes se dejen de mirar el cielo, y empiecen a ver lo que pasa en la tierra, ¿no?
Enlaces a las notas:
Quebrada de Humahuaca: paraÃso en peligro (revista Viva, ClarÃn)
Tilcara, todo el color y la música (suplemento Viajes, ClarÃn, el mismo dÃa que la nota anterior)
Entradas anteriores sobre el tema en este blog:
Turismo y desigualdad social
Tilcara: cuando el turismo es conflictivo
Tilcara: cuando el turismo es conflictivo II
Lo peor es que si sacan a la gente lugareña del lugar… sacan la mitad exacta del atractivo del lugar: lo autóctono. Que lástima…
Hace un tiempo ya habÃa leÃdo en La Nación que lo que suponÃa ser una buena noticia -esto es, que la Quebrada fuera declarada Ã?rea Protegida- habÃa resultado perjudicial por la “invasión” que estaba llevando a la zona.
Estuve por ahà en el 97, y recuerdo cómo valoraba la tranquilidad de, por ejemplo, Cafayate, en cuya plaza podÃa encontrarse uno con un burro pastando. E año pasado un amigo estuvo ahà y me contó que ya está todo puesto para los turistas de afuera, mucho más caro y con leyendas en inglés por todos lados…
Parece que los problemas del turismo se reducen al tema de las tierras. Tengo otra postura al respecto. Ocurre que en toda la quebrada de Humahuaca (me refiero a todos los pueblos vinculados a la ruta Nac.9), e inclusive en los caminos de comunicación con las Yungas, existe un gran problema de polución ambiental: plásticos, metales, vidrios, regados por todos lados sin que los municipios organizen actividades de reciclado, ni se molesten en genrar conciencia en la población local, (que son quienes más polucionan, comprobado).
Entonces, el problema de la tierra y quién es el propietario, debe resolverse se resuelve en función de la ley. Pero el problema de la tierra polucionada, de los cardones de 200 años cayéndose por doquier, de las especies de aves que ya no están, y de la falsa idea del Turismo como industria “LIMPIA”, ¿tiene solución?.
Me gustrÃa saber qué opinan, ya que no hay eco para ésta situación desesperada, con la que me encuentro cada vez que recorro los senderos de montaña entre la Quebrada y las Yungas.