Iguazu: cronicas desde el lugar donde solia haber agua

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Cataratas, en su minima expresion

Cada 20 ó 30 años, las cataratas de Iguazú virtualmente desaparecen. La falta de lluvias las reduce a su mínima expresión. Y de puro original que soy, allí fui, justo en ese período. En realidad estuve cubriendo un evento de tecnología, pero sigamos por la senda de la hipótesis de la originalidad.

¿Qué hacer en Iguazú cuando no hay agua? En realidad, no es tan catastrófico. Aún hay mucha vegetación, se puede ir al supermercado a comprar mermelada de guayaba y vodka con gusto a maracuyá, y dar una vuelta aquí y allá. A pesar de que muchos saben que las cataratas están bastante disminuidas, igual hay bastantes turistas. Seguramente son menos que lo habitual, pero alcanza para llenar los vuelos -los pocos vuelos- que van de Buenos Aires a Puerto Iguazú.

Cataratas, en su minima expresion, otra toma

Las cataratas de Iguazú son uno de los principales destinos turísticos de Argentina y Brasil, y suelen atraer a muchos visitantes. Y toda la infraestructura está pensada para recibirlos. Muchos miradores, puestos de ventas de cosas, tours en lanchas hasta debajo de las cataratas mismas. Y yo mismo estaba allí como tal: como un turista de tours, con todo el recorrido y el traslado perfectamente planificado, sin tener que mover un dedo. Y me pregunté: ¿de qué puedo escribir a la vuelta? Mi experiencia de viaje no le sirve mucho a nadie. Ni siquiera sé cuanto costó el avión hasta allá, ni el hotel, ni el tour. Pero la recorrida por Iguazú me sirvió para ver otras cosas que estaba olvidando: como funciona la industria turística cuando apunta a satisfacer las demandas de los turistas. Y por allí anduve: a las puteadas en los miradores, donde todo el mundo me obligaba a correrme todo el tiempo para no molestar en sus fotos -ya escribiré sobre eso la semana que viene-; en el lobby del hotel tomando cerveza comprada en el supermercado mientras los que atendían el bar miraban; revisando los precios de los productos del frigobar, aunque finalmente no tocara ninguno.

Entrada a las cataratas, lado brasileño

En el fondo, me sentí casi como un periodista de suplemento de viajes. Estuve tentado a recurrir al método de siempre: a llenar esta entrada de adjetivos como “imponente”, “paradisíaco”, “espectacular” o “impactante”. Pero tenía varios problemas. Primero, que las cataratas no estaban muy impactantes que digamos, aún cuando la experiencia de verlas siguiera resultando placentera. Segundo, que en el fondo siempre sospeché que la abundancia de adjetivos en los artículos sobre viajes esconden la pobreza de la experiencia del “periodista de viajes” con tours pagados. Sin historias que contar, sin experiencias relevantes para sus lectores, las páginas se llenan de metáforas visuales, de generalizaciones sobre los otros, de analogías entre naturaleza y cultura.

Mi lado teórico, verán, anduvo muy cargado de teorías. Mi lado práctico estuvo mucho más tranquilo; se dedicó a comer y tomar con mucha tranquilidad, sin precuparse demasiado por el peso de las teorías, o por buscar historias.

Ya aterrizado en Buenos Aires, me doy cuenta que la visita a Iguazú fue una excelente oportunidad para recordar ciertas cosas. Que no me gusta tener todo armado. Que me siento indefenso cuando estoy frente a la computadora para hacer una nueva entrada y no tengo historias a mano, ni la experiencia de haber armado el viaje milímetro a milímetro. Que me sentí raro sin cargar mis guías de viaje, sin haber investigado en Internet, sin haber hecho búsquedas en los foros de viajeros. Pero, a la vez, fue una ocasión para tener más temas de los que hablar en el blog, y que desarrollaré la semana que viene -también tengo muchas fotos que procesar, que irán apareciendo aquí y en mi cuenta de Flickr. Ser un turista ” de tour” no equivale a un estado de estúpida inconsciencia; las historias, igual, las pueden encontrar. Sólo hay que mirar las cosas desde otro lado. No como un “ser superior” -esa pobre forma de verse de muchos a los que le gusta verse como “viajeros”- sino desde una mirada un poco extrañada.

¿Y las cataratas? Tal vez no ahora, pero cuando tienen el caudal normal de agua, seguro se ven impresionantes, impactantes, sublimes, descomunales, abrumadoras y espectaculares. Si tienen algún adjetivo más, lo agregan en los comentarios :).

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