Sobre Semana Santa y la compulsiva necesidad de viajar

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¿Qué es lo que hace que muchas personas sientan compulsivas ganas de viajar en Semana Santa? Sé que algunos dirán: si alguien tiene cuatro días a su disposición, seguramente querrá usarlos para descansar. Ahora bien: ¿realmente descansamos cuando salimos de viaje en Semana Santa? No sé como será en otros países, porque mi experiencia se limita a Argentina y Perú, y no más. Salir a la ruta en estas épocas no es justamente lo más simple del mundo: conseguir un pasaje o una habitación puede tomar una buena cantidad de tiempo; los destinos están completamente llenos de gente, y ni decir los micros; las terminales de buses son un suplicio -al menos, en Buenos Aires, Retiro es un caos-; todo está caro o carísimo, a veces incluso más que en la temporada alta… Y todo se comprime en 4 días. Aún cuando he tenido buenas experiencias en éstas épocas del año, otras simplemente han sido tan olvidables que, al menos desde hace seis años, que he decidido que en Semana Santa no me moveré de la ciudad. Basta de sufrir por los pasajes, por los hoteles llenos, por los precios caros. Si viajo, es porque me encanta. Pero cuando quedo atrapado en medio de esa compulsiva manía por salir como sea de la ciudad, me agarra el infantil deseo de llevarles a todos la contra, y no salir a ningún lado.

La idea de la entrada es más bien arrancar por una pregunta: ¿qué lleva a tanta gente a movilizarse de manera compulsiva en esta época del año? ¿Por qué soportan tantas cosas malas con tal de pasear cuatro días? ¿Realmente la idea es descansar? ¿Cómo podemos pensar la idea de viaje como una necesidad social, y no tanto como una “decisión individual”?

Claro que escribir este tipo de cosas puede motivar muchos tipos de lecturas desde el lado de ustedes los lectores. Los comentarios pueden ir desde “que tipo resentido, como no se va a ningún lado se dedica a repartir mierda” hasta “que obviedad, todo el mundo sabe que viajar en Semana Santa es casi un tormento”. Como dije en el párrafo anterior, más bien me interesa pensar en la cuestión social: decenas de miles de personas hacen sus cosas y salen corriendo de la ciudad para pasar cuatro días fuera de ella. ¿Cómo articulamos esto con la idea del viaje como una forma de conocer o, si queremos ser más modestos, de descansar?

Y ahora sí, felices pascuas para todos, y que la pasen bien en donde estén :).

10 comentarios en «Sobre Semana Santa y la compulsiva necesidad de viajar»

  1. En España ocurre lo mismo. Una especie de locura se apodera de todo el país, y cualquier destino turístico se convierte en una pesadilla.

    Yo no puedo comprenderlo, porque pienso que un viaje cuesta demasiado dinero (por lo menos los míos, para hacer viajes churretosos prefiero quedarme en casa, que está más confortable) como para gastarlo en pasarlo incómodo y mal.

    Elijo la época para viajar de acuerdo con el destino (clima, etc.) y si en este momento no puedo ir a Japón, por ejemplo, en la época adecuada, pues espero, que tarde o temprano podré hacerlo cuando conviene. Por ejemplo, las dos veces que he ido a Grecia han sido a principios de Enero, y he disfrutado del lujo de la Acrópolis de Atenas para mí sola. No he tenido que hacer cola en ningún momento y no me he arrastrado por el país a 40 grados de temperatura buscando una sombra donde cobijarme.

    Soy una viajera experimentada (eso creo, al menos). He incluído ya bastantes historias de mis viajes en mi blog (http://kotinussa.blogspot.com), pero acabo de abrir un segundo blog dedicado sólo a los lugares que he conocido (http://carreteraymanta.bitacoras.com) donde en cada post pongo sólo una fotografía y un párrafo de cuatro o cinco líneas. Queda invitado a visitarlos.

  2. No tengo blog al cual invitarlos a pasear, soy una más de las que en semana santa no viaja y tiene tiempo de leer lo que escriben.

    El viaje tiene una dimensión social y otra individual que no se contraponen.

    En esta fecha ya van corridos más de tres meses del año, y eso, para muchos significa dos meses y algo más de TRABAJO.

    Sinceramente creo que este éxodo no es sólo por mera imitación, los que trabajan jornada completa saben a qué me refiero, la cosa es irse porque hay que hacerlo… ¿qué otra cosa más queda que la huída?

    ¿Te vas a quedar en una ciudad muerta a ver la santa programación televisiva?

    Eso lo hacemos los que, carentes de visión, no sacamos antes los pasajes o no organizamos nuestro tiempo libre, hay gente que sí lo hace.

    Como también hay personas que ya se dieron demasiado con el Almuerzo Desnudo y saben que no hay nada más, ya no salen a buscar. Hay que trabajar, que no queda de otra si no se tiene a nadie que lo mantenga, el tiempo libre es tan corto que no da ni para pensar qué hacer con él.

    Frente a esa sensación de inmovilidad/imposibilidad es obvio que la mayoría prefiera dar la lucha y moverse a toda costa, tener la ilusión de que el sinsentido no te fagocita. Y que, aunque viajen apretados, disfrutan ese pequeño y fugaz triunfo.

  3. Elisa, creo que limitar la decisión de viajar en Semana Santa a una mera “decisión individual” es un error, o un mal planteo de la relación entre lo social y lo individual. Más bien, lo que existe es una relación entre una verdadera presión social por viajar, dada por la existencia de un mercado de consumo, y las necesidades de descanso de las personas. Tampoco creo que quienes no viajen en esta época no lo hagan porque no son previsores; muchos de nosotros hemos optado por quedarnos, y dedicarnos a recorrer la ciudad o a descansar :). Yo no creo que irse de viaje en Semana Santa sea “dar la lucha”, cuando eso implica pagar caro todo, tener menos comodidades que viajar en otros momentos del año, y andar a las corridas a la vuelta. ¿Acaso eso no podría ser entendido como un sinsentido a veces? No lo es, claro, porque ese viaje ha sido el producto de la relación entre decisiones individuales y necesidades sociales. En tanto sigamos planteando mal esa relación, y creamos que todo es “decisión individual” versus “mercado de consumo” no vamos a entender mucho de lo que pasa.

  4. Muy lindo el tema del post, y más allá de ser una desición individual o no, creo que encontrar un finde de 4 días es buena razón para hacerse un viajecito, y se descanse o no, creo que el hecho de llegar a casa y hacerse la valija uno ya empieza a disfrutar, incluso si tenemos que luchar para conseguir pasajes. Creo que en esa instancia sarna con gusto no pica, y con respecto a descansar o no, creo que a esta palabra descansar se la toma con otro sentido a la hora de viajar; más allá del sentido conceptual mismo de la palabra me parece que se le atribuye a otro tipo de descanso como lo es sacar la cabeza y olvidarse por completo de la rutina laboral, aunque lleguemos “muertos” a casa, hemos “descansado”. Ese es mi solo mi punto de vista.
    Te dejo un cordial saludo Jorge y te invito a leer mi blog y si te parece linkearlo en tu lista, yo ya estoy incluyendo el tuyo en mis enlaces. saludos

  5. Practicamente debería escribir lo mismo que tan bien ha redactado Hernán. A eso puedo agregar que no creo que se pueda pensar en compulsivas ganas de viajar, ni tampoco atribuirlo sólo a semana santa. Lo mismo podríamos pensar de cualquier feriado largo que tenemos durante el año. Pienso que cualquier persona que tiene los recursos suficientes y la posibilidad de pasar unos días afuera de su entorno habitual, lo hace. En cuanto a los precios, podríamos pensar que ocurre lo mismo en nuestro lugar de residencia, ya que muchas veces sólo se produce intercambio. Es cierto que Retiro se convierte en un lugar de colas y esperas, el aeroparque en un lugar de paros y demoras de vuelos, pero eso no lo podemos evitar ya que la ciudad de Bs. As. ha crecido en forma desmedida con respecto a otras ciudades del interior del pais. A esto se suman las carencias que tenemos ocasionadas por tantos años de injusticias, desocupación, corralitos, entrega del patrimonio nacional, corrupción, predominancia del individualismo, etc. Espero que algún día todo esto se pueda revertir. Tal vez el descanso de semana santa nos ayude a reflexionar y darnos cuenta que no estamos solos, que tenemos una geografía hermosa en la Argentina y que si nos proponemos ser mejores posiblemente logremos vivir mucho mejor, comenzando por el respeto a nuestros semejantes.
    ¿La casa está en orden???
    Felices Pascuas!!!

  6. Cuando tenía 18 años, me encantaba viajar a Capital Federal, moverme como pez en el agua entre gente abarrotada, subtes, canchas de fútbol…
    Hoy tengo 41, y me sigue gustando el fútbol, pero me voy al costadito de la tribuna y lo disfruto igual…
    Hablo de que tranquilizarme y disfrutar y no agitarme y disfrutar…
    Parecido pero para distintas etapas…
    Un abrazo y Felices Pascuas…
    El real sentido del fin de semana habla de las cosas del corazón y no del bolsillo…

  7. Completamente de acuerdo con la idea de no viajar, y pasar esos dias de la mejor manera en tu casa o amigos, se puede disfrutar de muchas formas y disponer de otros dias para viajar. Yo vivo en la ruta, es decir me la paso viajando, pero realmente me da temor estar en la cinta asfaltica, y fijate que las estádisticas sobre los accidentes en esta epoca es catástrofico, no quiero ser pájaro de mal aguero, pero desgraciadamente no se estima la vida cuando se conduce en nuestras rutas.

  8. La última vez que viajé en Semana Santa salí con 4 hs. de atraso…ya que justamente por la multitud que viajaba ese día..todo se atrasó…
    Eso me hizo jurar que nunca más viajaría en fechas así…y ahora salgo cuando todos ha vuelto..o cuando aún no salió nadie..sea por pocos o muchos días…mi calendario de viajes va al revés de los de la mayoría…
    lo disfruto más..no necesito sacar pasajes con anticipación…las rutas están más tranquilas,consigo mejores precios,o por el mismo dinero que en temporada alta me voy una semana,me voy tres….
    Esta semana santa disfrutaré de mi ciudad,mi familia y amigos…paseo y descanso…

  9. Hola amigos, realmente coincido con los demas en esto de no volverse loco y salir a como sea, es una idiotez, yo por mi trabajo tambien ando buena parte del año en la ruta, realmente desde hace mas de 10 años siento algo que antes no, temor, si temor, por su puesto medido, ya que me mentalizo que llevo todo bien, mecanica 10 puntos, bien descansado, documentación en órden, pero aún así, siento algo de resquemor, porque cuando veo lo que veo, un total desprecio por la vida propia y ajena, locos que corren a lo que de, en fín uno piensa que estas personas…tendrán madre, hermano, hijos, en realidad se arman de maquinas poderosas y salen a matar, esto no se arregla con todo la batería de normas que están por reglamentar, registro por puntos aca ? donde la Pcia. de Bs.As no se adhiere al plan, reaulta que los porteños van a pagar por los bonaerenses que entran a rolete a Capital, infringiendo todas las normas de la circulación ? vamos dense cuenta, esto no va… nada hacemos con colocar por Ej. este fin de semana largo 4000 agentes, 300 patrulleros, 15 helicopteros, no va gente, y despues ????? Por lo tanto, hay que escaparle a esta locura de viajar a como sea, no nos volvamos locos, seamos mas respetuosos y no sigamos con esta joda que, muy a mi pesar y esperando que no sea así, puede contar las muertes de a docenas en las ruta, porque lamentablemente, somos asesinos por naturaleza, y para ello hay un coctel fatidico además… drogas, alcohol, y buena parte de la juventud, no toda ! que está en la pavada que lleva a la muerte. Sino miren como se festeja esta famosa fiestita importada de Irlanda, una borrachería colosal. Se ve a las claras, cuando importamos algo, siempre e invariablemente, fue lo PEOR, y a las pruebas me remito. Realmente la casa… está en un desorden caótico!!!
    Felicidades para todos.

  10. Ocurre que es el último fin de semana largo antes del invierno, el último “changu-i” que nos da el verano-otoño antes de los meses frios, seria algo asi como una pequeña extensión de las vacaciones que en gral. suelen quedar cortas. Y si.. la ciudad por lo menos en Argentina, capital federal es un verdadero infierno de cemento y smog del cual todos nos queremos escapar a la menor oportunidad

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