Típico: pocas palabras son usadas de manera tan abusiva en folletos y textos sobre turismo. Por lo general, describen aquello que se da por sentado “es característico de un lugar”. Claro, esa “tipicidad” está de acuerdo a aquello que el observador considera como tal. Por ejemplo, no es raro encontrar descripciones sobre el tango en Buenos Aires, donde se señala que los bailarines “usan ropas típicas” que hoy por hoy únicamente son utilizadas en espectáculos para turistas. ¿Qué tiene de “típico” algo que está vinculado a un área especializada que por lo general es de escasa importancia para la población local?

Sé que dirán: “lo característico es aquello que históricamente caracterizó a un lugar o grupo o nacionalidad”. Convengamos en que es una definición muy imprecisa. ¿Quién debería definir que es lo “típico” un grupo? Supongamos que esa autoridad es de los nativos y ellos nos podrían decir que es algo “característico” de su cultura. Volvamos a los bailarines de tango: ya nadie usa esa ropa en la vida cotidiana; ni siquiera cuando va a bailar tango -algo que por cierto sólo hace una pequeña minoría de los habitantes de Buenos Aires. ¿Dónde se define esa “tipicidad”? Es sencillo: en textos hechos para consumo hacia el exterior, ya sea para turistas o películas. La imagen del compadrito bailando pertenece ya al género del espectáculo, al de ciertas convenciones destinadas a un mercado específico.

Lo “típico” e sun tipo de figura que se relaciona fuertemente con la categoría de “auténtico”. Las diferentes posiciones de nativos, empresas del sector de viajes y turistas hace que se imponga una definición de auténtico que por lo general satisface a estas dos últimas partes. O sea, es “auténtico” aquel nativo que cumpla con los requisitos de “autenticidad” requeridos por la industria y los turistas. Aunque el nativo termine su jornada de trabajo, se saque el traje “típico” y se ponga sus jeans para salir a tomar algo con sus amigos.

2 comentarios en «Lo tipico»

  1. Creo que aquí entra en juego la disyuntiva del típico-tópico.
    Se considera típico (habitual) lo que no es sino tópico (lugar común). Lo que históricamente (antaño) fue típico se vuelve tópico por mor del interés turitificador. Aquí, en España, también las mujeres se ponen la bata de cola para ir a la feria de Sevilla, por ejemplo, pero no van así por la calle todos los días. Ni siquiera los profesionales de los espectáculos flamencos lo hacen.
    En este sentido, pienso que, al menos en España, se le da el sentido de “antiguo” o “histórico” al término “típico”.

  2. Antiguamente (y todavía en muchos lugares) las tradiciones eran realzadas, remodeladas o incluso inventadas en relación a proyectos de identidad nacional (he oído de un libro al respecto, “La invención de la tradición”, de Hobswaum y Ranger, que no he tenido el gusto de leer). La manipulación de “lo típico”, por lo tanto, no tiene nada de novedoso. Lo novedoso es que si antes se hacía con fines políticos, hoy se hace con fines comerciales. En este contexto, se da el caso en que los tour-operadores y otros comerciantes inventan un show para los turistas, como grafica el bloguero en el caso de Buenos Aires. Lo que me parece particularmente interesante es el caso en que las mismas comunidades (por ejemplo, en Chiloé, caso que conozco de cerca) deciden reflotar sus tradiciones para hacerse más atractivas ante el turismo, que aparece como una posibilidad fundamental de desarrollo sustentable. Así, han reaparecido tradiciones (como curantos en hoyo y tiraduras de casa) que estaban casi en extinción. Supongo que algo similar ocurre con el etnoturismo. En resumen, al caso de la manipulación de “lo típico” hecha por las empresas debemos sumar la automanipulación.

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