(Notas sueltas tomadas durante mi estadía del último fin de semana, en Villa María, Córdoba. Las dejo así, poco estructuradas, para que conserven el estilo descuidado con el que fueron escritas originalmente).

Acabo de llegar a Villa María. Son las seis y pico de la mañana, y estoy muerto de sueño tras el viaje en micro. Y entonces, me sirven el café con leche más rápido del mundo, en la terminal de micro de Villa María. Entre que lo pedí y me lo dieron pasaron 20 segundos. Deberían aprender los de McDonald´s.

En la terminal de micros eran las seis de la mañana, y por los televisores pasaban la señal de noticias TN. Allí se veían las calles de Buenos Aires, desiertas. Me pregunto a quien le importará eso en Villa María.

En Villa María hay un canal de televisión, el 9. Y el viernes a las ocho de la noche estaban pasando… la filmación de un cumpleaños de 15. Apasionante. Después vino el noticiero; el conductor aparecía con ese feo “serrucho style”alrededor, producto de un discutible buen uso de los efectos de croma.

El tren Villa María – Córdoba está en funcionamiento desde marzo de 2005, tras muchos años de estar cerrado. Los coches han sido reacondicionados y lucen en muy buen estado. Al menos el tren que tomamos salió con no más del 30 por ciento de los asientos ocupados. El viaje está muy bien. El paisaje es pura llanura pampeana. Todo muy plano, mucha tierra sembrada, vacas y esas cosas. Por el tren pasa la gente de APADYM, una fundación que se dedica a integrar laboralmente a personas discapacitadas, y venden bizcochitos de grasa y galletitas a precios muy razonables. Y la verdad es que se trata de productos muy ricos. Si se toma en cuenta que los pasajeros han subido al tren a las siete de la mañana, se imaginarán que venden bastante.

Frente a la plaza principal de VM se encuentra la parrilla Carlitos. La parrillada es muy recomendable; chinchulines, chorizos y carne son deliciosos. Los precios son muy razonables: la parrillada para dos personas sale 20 pesos, y la bebida tampoco es cara. Muy recomendable.

Como en muchos otros lugares, hay que tener cuidado con los mapas que distribuye la dirección de turismo. Para que pueda entrar bien en el plano, algunas proporciones no son muy exactas. Y la distancia entre el río y las calles está representada de manera un poco arbitraria. Encima. al cuarto inferior le falta al nombre de las calles. Supongo que cuando agoten los miles de ejemplares, imprimirán los nuevos sin errores. Un mapa de la ciudad (otro, no el que distribuían en la ciudad) se puede ver en esta página (PDF)

A diferencia de Buenos Aires, en Córdoba el helado también se vende de manera generalizada como bochas de helado (lo cual es muy usual en el resto de América Latina). En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, está plagado de este tipo de heladerías. Una de las marcas más conocidas es Grido, cuyo super cucurucho está muy bien. Cuesta 4 pesos y se le puede agregar alguna salsa, aunque tanta producción hace que se parezca demasiado a un helado común. En Villa María una opción es La Madrileña, donde el sabor Torta Negra es bastante rico.

3 comentarios en «Apuntes villamarienses»

  1. Casi exclusivamente al peso. Ya sé que en Córdoba también. Pero hay mucho más énfasis en el tema de las bochas. Alguna heladería de acá también, pero no son tantas, y si lo hacen, te venden en vasos tipo tulipas. Y la estructura de las heladerías de Córdoba, tipo Grido o Crocante, de locales muy pequeños y mostradores con vista a la vereda, también es bastante diferente a la porteña. Me olvidé de marcar eso. Supongo que eso permite que haya muchísimas heladerías por todo el centro de Córdoba.

  2. Mira vos che :S

    Cuando esté por Baires me voy a fijar, me resulta re extraño el helado al peso :S

    Incluso en Jujuy te venden por bochas (aunque hay varios lugares que venden al peso también).

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