Un reciente comunicado liberado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) llama a usar al mercado turístico como una herramienta de lucha contra la pobreza. Para eso, proponen incentivar la creación de emprendimientos ligados con el tema a partir del otorgamiento de microcréditos, de incentivar la incorporación de las personas más pobres a la cadena de valor de la industria y liberalizar el intercambio turístico en el marco de las discusiones de la Organización Mundial del Comercio.

En cierta medida, podemos relacionar el discurso de “incluir a los pobres en el mercado turístico” a las estrategias de muchos actores gubernamentales del mercado turístico, que buscan marcar que el turismo debe ser promovido y en muchos casos subsidiado porque “el dinero que gastan los turistas nos beneficia a todos”. Pero, como enfatiza la OMT, las capas más pobres de la población siguen sin recibir mayores beneficios del turismo, ya que carecen de la capacidad de crear propuestas económicas atractivas alrededor de este mercado, y en muchos casos sólo pueden aprovechar los costados más oscuros del segmento de viajes, como la venta de drogas o la prostitución.

¿Serán los microcréditos una forma de incentivar la incorporación de los sectores más pobres dentro del mercado turístico? ¿O en realidad deberíamos hablar de fenómenos políticos y económicos mucho más amplios, y que concentran la casi totalidad de las ganancias por el turismo en las manos de sólo algunas clases sociales?

Un comentario en «Turismo, pobreza y microcreditos»

  1. Coincido con la segunda posibilidad que menciona Jorge al final del texto. Aunque pueda generar ciertos beneficios o mejoras para algunos de los miembros de los sectores mas pobres, esta claro que una iniciativa como esa no va a cambiar esos fenómenos políticos y económicos. No veo como un tipo al que le den 500 o 1000 pesos, tal vez para fabricar y vender artesanias, pueda disputar espacios a centros turísticos, shoppings, hoteles de 3, 4 o 5 estrellas, o boutiques exclusivas de moda, que son los que acceden a la mayor parte de turistas y de sus gastos.
    Mas bien me parece que promover los microcréditos es una buena manera de buscar una imagen positiva (“ven, tambien nos interesamos por ayudar a los pobres, porque el turismo nos beneficia a todos”) sin cambiar, discutir o ni siquiera mencionar aspectos “desagradables” como si las ganancias del turismo quedan en manos de pocas clases o incluso pocos individuos. Y sobre todo teniendo en cuenta que la ONU declaro el 2005 como el “año del microcrédito”. Entonces una organización que es o puede ser vista como representante de intereses netamente comerciales o mezquinos, se alinea con la postura de otra organización que para muchos es más democrática o humanista. Tal vez a algún/os miembros de la OMT se les haya ocurrido con un verdadero interés por los sectores pobres (aunque con bastante miopía respecto de los procesos más amplios), pero no me extrañaría pensar que la decisión final la hayan tomado exclusiva o principalmente por ese beneficio de imagen…
    Se me ocurre que la referencia de la OMT al microcrédito forma parte de una cierta “moda” de mostrarse socialmente responsable incorporando los conceptos más en boga en cada momento, como hasta hace poco fue el de desarrollo sustentable y otros a lo largo del tiempo
    Por otra parte, respecto al microcrédito puede consultarse la obra de Muhammad Yunus o el trabajo de las Fundaciones Grameen que existen en muchos paises, entre ellos Argentina y creo que varios más de Sudamérica. Yo trabaje el tema para una materia de la facultad, y lo considero altamente recomendable por muchisimas razones, pero por ejemplo porque intentan alejarlo de usos o interpretaciones asistencialistas, clientilistas o de beneficio político.
    Saludos,
    Pedro

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