Seminario: esquema y notas de la clase del 16 de mayo de 2005

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Clase del 16 de mayo de 2005

Textos: Meethan, Mac Cannell, Gobbi (ver bibliografía a final de página)

AUTENTICIDAD como concepto central y problemático en el campo turístico

Para Mac Cannell, el turista busca autenticidad y que la interacción con un “otro” sea auténtica, pero no lo logra, debido a las estrategias que despliegan los actores en el campo.

En relación con la teoría etnometodológica de Goffman, el concepto de “back” resulta de utilidad para explicar la autenticidad, en tanto el “back” (por oposición al “front”) refiere a todo lo que no se supone que debería ser visto, a lo que no es ritual específicamente construido. Sin embargo, ocurre con frecuencia que lo que se presenta como “back” no es sino “front” y entonces aquí el tema de la autenticidad , tal como lo plantea Mac Cannell, se torna problemático..

Según Mac Cannell, la “autenticidad reconstruida” es aquella que está especialmente construida para el disfrute de un grupo diferente y que tiene valor de mercancía; por lo tanto, que puede ser comercializada. Se trataría de una reconstrucción “artificial”, lo cual supone un problema porque da por sentado que el turismo posee una capacidad autónoma para construir identidades, ajena a los efectos de la base y las determinaciones de la economía. Otorgarle al turismo una exterioridad por fuera del sistema que lo determina (y por ende, como actividad capaz de construir identidades per se) constituye el punto menos consistente de la teoría de Mac Cannell.

¿Cómo se pone en escena la autenticidad en la interacción? La teoría goffmaniana sirve nuevamente para entender que el turista cuenta con ideas construidas de antemano que son las que en definitiva legitiman el viaje hacia determinado destino y la compra de artefactos en el lugar que visita.

Meethan explica que existe una construcción negativa de lo moderno que lleva a creer que lo moderno es lo “no auténtico” y que por ende, lo realmente “auténtico” se encuentra en las sociedades y culturas pre-modernas. Suponer esto es aceptar que existe una suerte de “esencia” que se ve desvirtuada con el advenimiento de la modernidad.

Para evitar caer en tal esencialismo, Meethan retoma el planteo de Wang, quien entiende a la autenticidad desde tres posiciones distintas:

1. como esencia histórica (algo es auténtico en tanto tiene un valor histórico, cuyos orígenes pueden ser rastreados) Concepción esencialista
2. como un proceso relacional de construcción de sentido que supone negociaciones entre nativos y turistas en relación a lo que es considerado auténtico o no. Según esta perspectiva, no existiría autenticidad por sí misma, sino que sería el resultado de un proceso continuo de negociación y de consenso sobre el propio valor de lo auténtico. (posición que rivaliza con el planteo de Mac Cannell)
3. como la búsqueda individual de cada sujeto, no siempre ligada al campo turístico. Es una autenticidad “existencial”.

Meethan explica que el campo turístico aparece como un lugar de resistencia frente a los procesos de alienación del capitalismo, y que es una de las razones que permiten configurar a dicho campo como lo opuesto a la actividad laboral.

Ideas relacionadas a la noción de autenticidad son las de tradición (ligada fundamentalmente a modos de vida) y la de patrimonio (fundamentalmente, la UNESCO es quien se encarga de establecer qué sitios son considerados como tales). Estas formas de clasificación no son ingenuas, evidentemente, y así, por ejemplo, la legitimación de un destino como “patrimonio de la humanidad” le otorga una importancia considerable al lugar como digno de ser visitado, un valor relevante al interior del campo turístico.

Tanto turistas como nativos comparten la noción de autenticidad, más allá de lo que ellos mismos crean o sientan sobre esa construcción. Las representaciones son fijadas y legitimadas por parte de la industria, y son compartidas, reforzadas y puestas en práctica colectivamente. Sin embargo, como explica Meethan siguiendo a Sahlins, los significados compartidos siempre cuentan con elementos que están “en riesgo” en cada nueva negociación y fijación de sentido, sin lo cual no se explicaría cómo circula el sentido en las sociedades y cómo los significados varían de acuerdo al tiempo y los grupos sociales.

Resulta útil, para analizar la relación entre autenticidad y vida cotidiana, acudir al concepto de reflexividad, entendida como la capacidad que tiene el turista de darse cuenta de que existe una representación que está siendo hecha ad hoc. (este concepto puede bien ligarse a la “puesta en escena” que problematiza Goffman).

Por último, se debe tener en cuenta que la noción de autenticidad está fuertemente ligada a una concepción del espacio en particular (un sitio es un “auténtico destino” o no lo es). El espacio no debe ser considerado como mero “fondo” sino que debe ser problematizado como parte del proceso de construcción de los diferentes roles e identidades que se ponen en juego en las relaciones entre diversos individuos y grupos.

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