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Un artículo del Financial Times lanza una alarma casi obvia: Estados Unidos está comenzando a perder terreno en el turismo internacional debido a sus cada vez más estrictas y excesivas exigencias para otorgar una visa de entrada. Incluso personas que están en condiciones de sacarla prefieren no hacerlo, para evitarse un interrogatorio en la embajada en la cual deben demostrar, digamos, “que son inocentes”. Me pregunto: ¿no era obvio que esto iba a suceder? ¿No estaba claro que las medidas del gobierno estadounidense para endurecer el control de sus fronteras iba a afectar el mercado turístico? Si bien el el último año la cantidad de visitantes creció un 12% con respecto a 2003, están un 38% por debajo de 1992. Si bien desde 2000 el mercado de viajeros internacionales ha crecido un 2%, el de Estados Unidos en realidad ha caído, y han tenido 5 millones de visitantes menos. Lo peor es que esto está pasando a pesar de que el dólar se encuentra en un punto bajo y bastante favorable para los visitantes extranjeros, algo que por supuesto en algún momento cambiará. Si uno apuesta todo por la “seguridad”, y no le importa en muchos casos maltratar a la gente en los aeropuertos, someterla a cuestionarios para determinar que es un “turista bueno”, etc, entonces debe asumir que eso causará un impacto en otras áreas de la economía. A nadie le gusta ser tratado de una manera hostil; cualquier persona que sepa algo de turismo lo sabe.

La nota del Financial Times se puede ver en parte en esta página, porque los contenidos completos son sólo para suscriptores. Una versión más extensa se puede hallar en Commons Dreams NewsCenter. Un interesante debate, con algunas de esas opiniones “patrioteras” que erizan la piel, se puede ver en ATSNN.

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