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Hace unos días publicaba una entrada sobre la detención de dos ciudadanos chilenos por dañar con aerosol un muro en Cusco, Perú. Ahora me encuentro con algo aún peor: que la cervecera Backus, dueña de la cerveza Cusqueña, está siendo demandada por provocar daños en el famoso reloj solar de Machu Picchu, el Intihuatana. ¿Qué pasó? Durante la filmación de un comercial para esta cerveza, el brazo de una grúa golpeó el monumento y le provocó el desprendimiento de una parte. ¿A eso le llaman cuidar el patrimonio? Lo peor es que el Instituto Peruano de Cultura, que tiene a su cargo el cuidado de la ciudadela inca, había autorizado la filmación previo pago de… 750 soles, unos 250 dólares.

La noticia completa sobre el daño al Intihuatana la pueden leer en el diario limeño La República.

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