Extraños en la ciudad: cómo nos informamos sobre los lugares que visitamos

¿Cómo aprendemos a movernos en las ciudades que visitamos? ¿Dónde procuramos información, cómo conseguimos los datos que nos interesan, cómo economizamos costos? Como las prácticas siempre son difíciles de formalizar, haré algunas apreciaciones a partir de mi experiencia personal.

En primer lugar, casi siempre contamos con cierta información del lugar que vamos a visitar. La forma más obvia se da a través de las guías de viaje. Por lo general, ellas me son útiles porque cuentan con mapas de muchos de los lugares que visito, y de esa manera me ayudan a orientarme mejor. Por desgracia, muchas guías, por razones de diseño, suelen hacer mapas que no respetan las escalas reales, y terminamos perdiéndonos o caminando mucho más de los esperado. En muchas ocasiones he llevado además algunas hojas impresas -generalmente sacadas de Internet- o cargadas en la Palm -el Repligo es muy útil para ello. El principal problemas de las guías impresas es, de todos modos, la rapidez con la que envejece la información. Por lo general, datos de costos, lugares donde comer, etc, suelen ser apenas referencias. Un poco más útiles son las informaciones sobre hoteles y alojamientos, aunque por lo general para darnos una idea de la zona de la ciudad que concentran lugares más económicos. Aunque al menos en América Latina no suele fallar una idea de sentido común: los alrededores de las terminales de micros y trenes suelen concentrar muchos alojamientos muy económicos, pero a veces la zona dista de ser muy segura.

Segundo, los otros viajeros son una fuente invaluable de información. Los hostales no sólo son un lugar barato donde dormir, como mucha gente cree. Son además centros de reunión donde no es tan difícil tener acceso a datos relevantes sobre el lugar donde estamos. Recomendaciones de lugares a visitar, agencias de tours más recomendables, consejos sobre el clima, son algunas de las informaciones que nos pueden suministrar otros mochileros que hace varios días se encuentran en ese lugar. En una categoría similar entran las consultas que hacemos a amigos que viven en nuestra ciudad de residencia y que han viajado a destinos que pensamos visitar.

Tercero, las charlas con los “nativos” son de un enorme valor para conseguir información actual sobre nuestro lugar de visita. Obviamente, a uno siempre le convendría tener un amigo o conocido en cada lugar que visita, pero eso no es siempre posible. Hay que saber arreglárselas para zafar del circuito habitual de interacción en los lugares que visitamos, y que por lo general se limita a la interacción con otros viajeros o nativos que trabajan para los turistas -como la gente que atiende en hoteles o bares, etc.

Cuarto, la información que podemos obtener en Internet, en muchos casos en sitios, foros de discusión y listas de correo. En el caso de estos dos últimos casos, lo interesante es que los datos suelen estar bastante actualizados. En sitios de Internet, en cambio, la información en muchos casos puede ser tan vieja como la que está en nuestra guía de viajes ;).

Quinto, hay otros recursos posibles. Uno de ellos son los locales oficiales de turismo, aunque éstos están presente sólo en lugares muy turísticos. Es posible también conseguir publicaciones locales sobre qué cosas hacer en el lugar donde nos encontramos, y que no necesariamente apuntan a los turistas -por ejemplo, guías para el tiempo libre, que tienen a los nativos del lugar como target.

¿Se me escapó alguna forma de informarse que sea importante? Pueden dejar sus sugerencias en los comentarios.

8 comentarios en «Extraños en la ciudad: cómo nos informamos sobre los lugares que visitamos»

  1. No se si se te “escapa” pero la Ofician de Turismo no está mencionada. Esto está amitad de camino entre “los nativos” y sitios en internet, guías, etc.

    En “mi gran viaje a Europa” (hace ya años, en la era pre-internet) la secuencia fue: Planificar con guía meses antes de viajar, comprar la Guía Michelenne del lugar a visitar, usando la gua llegar a la oficina de turismo a buscar información actualizada y datos de donde domrir, etc.

    Cada vez que llegábamos a una ciudad nueva el primer lugar a visitar era la Oficina de Turismo. No se si el viajero de hoy hace lo mismo, pero si me sorprende que pocas oficinas de turismo hay en Bs As, lugar por donde hay cada día más turistas necesitados de información.

  2. Jorge, solo quería decir que a veces el turista se confía de la información que le da la Guía de Viaje demasiado y esta resulta siendo inexacta o insuficiente. Por ejemplo, nosotros usamos la guía Lonely Planet para nuestro viaje por Buenos Aires y la Patagonia y durante todo el camino nos quejamos de la poco o mala información que nos daba. No había mapas y no te decía como llegar de un lado a otro si es que andabas en vehículo propio.
    Otra cosa, acerca de la información de los nativos, a veces uno tiene que ser cuidadoso. No olvidaré a un taxista porteño que se quiso hacer el vivo y timarnos con el cambio después de habernos llevado a nuestro destino por la ruta más larga y de haber dado mil vueltas innecesarias. Es que algunas personas lamentablemente ven al turista como un ignorante del que se pueden aprovechar…

  3. Los taxistas son todo un género aparte, casi. Aún cuando muchos de ellos son buenos trabajadores y honestos, algunos se aprovechan de un dato muy importante: suelen ser el primer contacto con un nativo que tiene un turista cuando se baja del avión. Recuerdo que en Lima me pedían 20 dólares para ir del aeropuerto hasta Miraflores, cuando mis amigos limeños me habian dicho que no pagara mas de 15 soles. Al final logre que uno me llevara por esa plata, pero en el hostel encontre que a la mayoria de los que estaban ahi les habian cobrado 20 o mas dolares… Cosas similares pasan muchas ciudades latinoamericanas, por desgracia. Como en muchas de ellas los taxis no cuentan con medidor, hay que pactar bien el precio antes de subir. Y en las ciudades donde si hay medidor (Buenos Aires, Santiago) siempre está la posibilidad de que te paseen o hagan alguna trampita.

    Pero bueno, cuando hablaba de gente local, ni se me pasó por la cabeza el tema de los taxistas, es cierto.

    En cuanto a las guías, en otras entradas conté como su información muchas veces no es muy fiable, y como la cambiante realidad latinoamericana logra envejecerlas rápido. En Ecuador me encontré con que un tren que salía desde Ibarra tenía más de ¡dos años! sin funcionar. En la vía había pastos de un metro de altura… Estoy de acuerdo con que muchas veces la información es pobre, pero la verdad es que los mapas de la Lonely Planet me sacaron de más de un apuro. Aunque siempre conviene, en la ciudad que visitemos, conseguir mapas de mejor calidad, sobre todo si nos quedamos varios días.

  4. No pretendo salir en defensa de los taxistas ni por equivocación, pero te puedo decir que por lo menos no son discriminadores. A mi con mi cara de peruano bien puesta tambien cuantas veces me han querido cobrar 20 dólares por sacarme del aeropuerto. Como a veces viajo con el mínimo equipaje, paso de todos, salgo a la pista y tomo una linea de microbuses que me llevan a mi casa por 1 sol. (algo asi como 0.30 centavos de dolar). Pero son una plaga, y de los motocarristas en el aeropuerto de Iquitos ni se hable.

  5. En mi unica visita a Iquitos, recuerdo que cuando llegue al aeropuerto llovia de una manera impresionante, y apenas me acerqué a la puerta de salida literalmente se me tiraron encima varias taxistas y mototaxistas (o motocarristas, como creo tambien les llaman). Despues de pelear un rato, viajé con uno de los que tenian auto, entro otras cosas porque no queria mojar por completo mi equipaje. El taxista insistio en llevarme mas tarde a recorrer agencias (yo queria ir unos dias a la selva, claro) porque, me decia, tenia muchos gastos, una hija en la universidad, etc, y a mi no me costaba nada que me llevara, y el se llevaba una comision. Obviamente, a la tarde me llevo a las agencias, aunque estas quedaban, a lo más, a cuatro cuadras de mi alojamiento.

    Me parece que tenemos muchas historias de taxistas :).

  6. Yo concuerdo con Juan. Los taxistas del aeropuerto en Lima cobran mucho más que los que transitan por la calle, seas del color que seas. También es cierto que se aprovechan del cansancio y/o el desconocimiento de los turistas extranjeros en quienes la disposición a pagar un poco más por un servicio o producto es mayor. Pero incluso si uno ‘sabe’ y sale a la av. Faucett a conseguir un transporte más barato, el menor costo refleja un mayor riesgo. El sistema de ‘taxis’ en Lima es un minicaso de libre mercado: no hay muchas barreras a la entrada, no hay una regulación demasiado restrictiva, hay muchos ofertantes y muchos demandantes, el precio es resultado de la negociacien entre las partes. En este contexto, la probabilidad de ser víctima de un asalto en un texi en Lima no es precisamente nula. Si bien en Bs. Aires el taxista te puede robar unos pesos alterando el taxímetro, o ‘paseándote’ más de lo que cualquiera, turista o no, desearía, al menos no corres el mismo nivel de riesgo que al subir a un ‘tico’ no empadronado o uno de esos autos blancos coreanos con el sticker fluorescente pegado en el parabrisas. Las modalidades de asalto son varias, desde el clásico ‘desvío de ruta’ de un taxista armado, pasando por la infame ‘burundanga’ (que implica el uso de narcóticos sobre el pasajero), y la estrategia de trabajar ‘en combinación’ con otros, para seleccionar a la víctima/pasajero. Nada en contra de los taxistas honestos, que -como soy optimista- creo que son la mayoría, pero la existencia de delincuentes infiltrados entre ellos hace más difícil que uno se suba con tranquilidad a un taxi en Lima.

  7. Justamente, cuando llegaba a Lima salía a la calle a conseguir un taxi. Siempre me recomendaban que tomara uno amarillo, ya que los no empadronados eran menos seguros.

    Igual, una de las cosas que siempre me llamaron la atención de Lima era que los carteles de “taxi” se vendían en algunas esquinas de la ciudad. Bastaba con comprar uno, pegarlo en la luneta y ponerse a andar. Si uno no es desregulación…

    Esto se ha transformado en un foro sobre taxistas :)

  8. cuando tuve que a viajar lima tenia ciertos temores de los taxisistas ya que en una oportunidad vi el noticiero por la television donde decian que el trayecto te hacian dormir con la burundanga para despojarte de tus pertenencias luego te botaban por lugares oscuros o solitarios hasta que incluso algunos taxistas eran asaltantes y que solo utilizaban sus taxis para robar, ante esto opte por buscar en internet companias que brinden servicios de taxi ,de casulidad digite:”taxi aeropuerto lima” en el buscador de google y encotre una compania con la contacte y realise mi reservacion,ellos me recogiero del aeropuerto internacional con un cartel que decia mi nombre,al ver mi nombre en un cartel me aserque al que portaba dicho cartel y le pregunte por la contasena,luego me trasladaron a mi hotel que ellos mismos reservaron….

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