Lugares turísticos y conflictos locales

Sin categoría

En su libro Economías de Signos y Espacios, Scott Lash y John Urry plantean que el mayor capital que pueden exhibir los operadores turísticos es su capacidad de armar viajes en donde se garantice la seguridad del turista. Al menos en el campo turístico, siempre ha sido posible para los viajeros obtener información relevante sobre los destinos sin tener que recurrir a los operadores; pero una cosa es informarse y otra estar completamente seguro que el viaje no podría ser un poco inseguro o peligroso.

Pero incluso los operadores a vecen son superados por los conflictos nacionales. Esto se da sobre todo cuando los nativos deciden recurrir al bloqueo de lugares turísticos para obligar a las autoridades a escucharlos. Para la población local, que en mucbos casos no reciben grandes beneficios de los emprendimientos turísticos, cualquier acción sobre resorts y lugares de descanso para otros recibe una inmediata atención de las autoridades y de la prensa, y por lo tanto una rápida difusión de sus reclamos.

Un ejemplo interesante es el conflicto desatado en Teotihuacán, donde un grupo de indígenas impidió a turistas el acceso a las pirámides. El motivo del conflicto: la instalación de un supermercado Wal-Mart en las cercanías del lugar. Los nativos exigen que el emprendimiento comercial sea clausurado.

Problemas similares se han dado en otros países. En Perú ha habido piquetes que han impedido el acceso de turistas a Macchu Pichu, debido a problemas locales en la reorganización de Aguas Calientes, la población que se encuentra cercana a la ciudadela inca.

¿Pueden los lugares turísticos, muchas veces visitados por extranjeros, ser parte de dinámicas de luchas a escala local? Obviamente sí, y de hecho esto está sucediendo bastante seguido. Para los nativos, el bloqueo de lugares turísticos obliga a las autoridades a actuar rápido, ya que por lo general los afectados son muchos, y las consecuencias económicas son muy relevantes. De esa manera, obligan a las autoridades a sentarse a negociar o a reprimir. Esta última opción no es nada atractiva, más si hay testigos de otros países.

Los turistas, claro, quedan como rehenes de una situación que no comprenden -y que probablemente no tengan mayores intenciones de entender. Más bien, exigirán que el tema se solucione rápido, y que su viaje y seguridad queden garantizados. Que es exactamente el comportamiento que los nativos, tanto los que protestan como las autoridades, dan por descontado. Y que obliga a que la situación sea solucionada de manera rápida. Con esto no justifico que se afecte el viaje de miles de turistas, sino que busco remarcar una situación obvia de cualquier enfrentamiento de intereses: siempre se busca elegir el escenario que más te convenga, y que obligue al adversario a negociar de manera más rápida. Y los lugares turísticos a veces ofrecen esa oportunidad.

Más noticias sobre el tema Teotihuacán en:
Newsday
CNN
Common Dreams
Seattle Times

Volver arriba
Mastodon