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Una de las cosas más interesantes de nuestras asunciones de sentido común se dan en aquellas situaciones en las cuales las expresamos como sensaciones y no como ideas. Un ejemplo interesante es el tema de las comidas, algo de lo que hablamos en entradas anteriores (por ejemplo, aquí). Tomemos el caso del cuy o cuis, un tema recurrente en este blog. El hecho de que mucha gente no lo quiera comer -en particular por su aspecto de roedor- no se expresa en una idea estructurada -del tipo, “no lo como por que soy vegetariano” o cosas así. Más bien se manifiesta como asco; esto es, como una sensación físico intraducible en palabras, y que en términos de sentido común se entiende como un algo natural.

Desde ya que esta sensación de asco está lejos de ser natural, en tanto cada grupo social o “cultura” -esa palabra tan commoditizada– clasifica lo comestible de maneras diferentes. Pero no deja de ser interesante como somatizamos lo cultural de tal manera que el rechazo de ciertos tipos de comidas termina apareciendo, ante todo, como una sensación linguísticamente no expresable, que tiende a ser interpretada como la manera “más normal” de reacciones frente a ciertos alimentos.

Que la carne del cuis sea deliciosa, muy blanca, o cercana a otras que se comen habitualmente en otros lugares de América Latina -como el pollo- no importa demasiado. Lo que se impone es el aspecto de la comida. Este punto se puede aplicar a otros platos muy tradicionales en América Latina, como el rostro asado en Oruro, las hormigas en Colombia, la carne de mono y los gusanos en ciertas zonas de la selva peruana. Sientánse libres de agregar otros platos que conozcan en los comentarios.

En el caso del cuy, hay otras cosas para agregar, como el hecho de que en la sierra peruana no sólo es considerado un plato delicioso, sino que por lo general se reserva su consumo para celebraciones importantes para el grupo familiar. Que lejos que está dicha concepción de lo especial de cuy, frente a las reacciones de asco de aquellos que ni locos probarían su carne, aunque en sus casas se atraganten con pollo y lindos asados.

18 comentarios en «La somatizacion de la cultura»

  1. Pues te diría que siendo de la costa (Lima), encontré muy agradable al cuy, como un pollo broaster más, solo que con un saborcillo diferente. Mas resistencia tuve al tomar caldo de rana por primera vez (Con el animalillo en el plato, claro). Y de hecho hasta ahora no pruebo el Suri, que son los gusanos de la palmera del aguaje que se comen acá en la selva. Algo que si quiero probar es culebra, y hasta ahora no he tenido la ocasión.

  2. Has leido “The Guinea Pig: Healing, Food, and Ritual in the Andes”
    (en ingles) por Edmundo Morales? Es muy interesante.

  3. No, no leí ese libro, aunque el otro me citaron un artículo de un antropólogo ecuatoriano sobre el tema. Voy a consultar el dato, porque creo que valdria la pena citarlo.

  4. Si, yo vi unas cuantas fotos del cuy -algunas mas impactantes- pero preferi poner una mas o menos neutra. Tampoco se trata de ser irracional, simplemente de asumir que el “asco” no es algo tan sencillo de explicar, como cuando la gente apela a su etnocentrismo para dar cuenta de lo “poco civilizadas” que son las costumbres de los “otros”.

  5. Hoy (18/10) al final de una de las secuencias de noticias q CNN en español repite todo el dia, hay una nota sobre crianza de Cuys (O Conejillos de Indias) en Perú. Los qu no les conocen les pueden ver en vivo ahí.

  6. deseo incertar en mi canasta familiar el consumo del cuy. necesito informacion a cerca de ellos. gracias.

  7. Soy una persona que desea saber como criar cuys en gran cantidad, agradesere a quien me pueda orientar grasias

  8. a algunos les da asco comer cuy, a otros les da asco comer gusanos, a mi me daba asco comer caracoles (escargots) hasta q los probe.

  9. Más allá de hablar de somatización, quisiera contar lo que yo he visto en los últimos años que es que el turismo pasó de ser algo meramente pasivo: ver monumentos o museos desde lejos, muchas veces sin siquiera bajar de un ómnibus, a ser una actividad sumamente activa y participativa. Ahora los turistas no sólo quieren ver cómo se baila el tango o como se enlaza un caballo, sino lo quieren hacer con sus propias manos (o pies).
    En otro orden se está buscando el contacto personal con los pobladores. No basta con alojarse en hoteles cinco estrellas (cosa que va dejando de ser algo buscado por el turista especializado) ni comer en restaurantes caros… ahora buscan alojarse en hotelitos de pocas habitaciones y hasta compartiendo con familias, y por supuesto compartiendo sus comidas. Este tipo de turista, por supuesto, no tiene los prejuicios que puede tener un programa de televisión.
    Eduardo, Buenos Aires

  10. oigan q les pasa el cuy chactado es bravaso ademas mi querido Baker tu pides tu camida pa verla o pa comerla ahh??

  11. soy una señora que le gustaria saber mas acerca de la crianza y produccion de cuyes les agradesco de antemanano.

  12. Vivo en la costa norte colombiana y estoy adelantando un proyecto de explotacion de cuys. Me parece que una manera de mitigar la somatizacion que ciertas personas sienten hacia este valioso productor de proteinas seria dandole un valor agregado al producto, por ejemplo; darle un procesamiento de carnes frias, etc.

  13. Creo que al hablar sobre el rechazo y la aceptación de determinados alimentos motivado todo ello por causas psicológicas y antropológicas subyacentes, que son materias de estudio propias de expertos entre los que no me encuentro, y poniendo como ejemplo el cuy, que creo haber probado alguna vez, apuntaré que la mejor manera de acercarse a cualquier alimento novedoso a nuestro paladar pasa por asumir que si otros lo comen yo también lo voy a probar, independientemente de que después no repita esa experiencia en lo sucesivo porque tal vez no tiene el sabor más agradable para mi y además tenga alimentos alternativos a disposición. Por tanto, a diferencia de lo que apunta Jorge, creo que influyen mas las causas antropológicas y sociológicas que las puramente psicológicas para llegar a “comer lo que los demás comen desde siempre”.

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