Desregulacion y politicas locales sobre el turismo

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Vista del centro de Los Angeles

En Constructing the tourist bubble, Denis Judd plantea una relación directa entre las políticas fiscales del gobierno estadounidense en la primera mitad de la década del ’80 y la fuerte aparición de iniciativas locales de promoción del turismo. El recorte de los fondos provisto por el Estado a las comunidades, como parte del programa económico de Reagan, fue de una profundidad no vista hasta ese entonces en territorio estadounidense. Y para Reagan la solución era simple: “los gobiernos locales y estaduales deberán encontrar (más fondos) a partir de mostrar interés en concentrarse en el incremento de su atractivo para potenciales inversores, residentes y visitantes”. La promoción de una política turística se transformaba en parte de un sistema generalizado de recortes y de abandono de las políticas de apoyo a la comunidad: a partir de ahora, es culpa de ustedes si no saben arreglárselas.

El producto de la descentralización de las políticas turísticas pronto dio resultados visibles: como parte de sus intentos por atraer más visitantes, los municipios y estados gastaron más de U$S 10 mil millones en levantar más de 250 centros de convenciones en todo Estados Unidos, junto a enormes estadios, y locales de promoción de las artes.

Como parte de esas políticas, algunas zonas de las grandes ciudades fueron recuperadas para la construcción de atractivos para los visitantes, mientras otras eran abandonadas por completo. De esa manera, se promovía una distancia cada vez mayor en el espacio urbano, y los turistas sólo conocían una parte de los destinos que visitaban: aquellos especialmente construidos para ellos. En el resto, la violencia y el crimen seguían creciendo, sin que las autoridades acertaran a desarrollar políticas de mejoras para esas zonas. Desde ya, no es difícil trazar el paralelo entre el crecimiento de la distancia entre clases sociales y el paulatino deterioro de las áreas habitadas por las clases más bajas.

El texto de Judd busca así analizar de qué manera las políticas locales sobre turismo -como las que se comenzaron a dar en Estados Unidos desde Reagan para esta parte- ayudan a fragmentar -y en muchos casos degradar- el espacio urbano, y como esa estrategia se entronca con una política más amplia de redistribución del ingreso, impulsada por los gobiernos neoliberales. El abandono de amplias zonas de las ciudades va de la mano de gastos millonarios en otras, para atraer a los visitantes. Los fondos públicos son usados así en la promoción de la actividad privada de un sector que puede explotar al turismo como fuente de ganancias, mientras que la población que vive de empleos relacionados a formas de producción industriales y no ligados a la alta tecnología se ve dejada a un lado. Sus barrios ya no recibirán dinero para remodelaciones o mejora del espacio urbano; lo único que aumentará será la vigilancia y la presencia policial a ciertas horas. Este tema ya era largamente retomado por Viaje al futuro del Imperio. La transformación de Norteamérica en el siglo XXI, el libro de Robert Kaplan del que hablé en la entrada anterior. Aunque en ese texto, el turismo más bien era analizado en casos más específicos, como el tema de las comunidades indígenas, y no tanto como parte de políticas explícitas de Estado, como en el caso de Judd.

En la foto que abre la entrada, se puede ver una vista del centro de Los Angeles.

Bibliografía citada

Judd, Dennis (1999) “Constructing the Tourist Bubble” en The Tourist City. New Haven and London, Yale University Press.

Kaplan, Robert (1999) Viaje al futuro del Imperio. La transformación de Norteamérica en el siglo XXI. Barcelona, Ediciones B.

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