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Puede una guía de viaje describir de manera contradictoria una ciudad? La respuesta es que sí, y este es uno de los temas que aborda la tesina que está terminando de escribir Cecilia Palacios -aún no está definido el título- sobre la construcción de Buenos Aires en las guías turísticas, y que estoy dirigiendo.

La zona más vieja de Buenos Aires es el sur; allí nació históricamente la ciudad, y el tango. Por ello, las guías analizadas (Lonely Planet, Trotamundos, Insight, entre otras) suelen describir a esta zona como la “verdadera Buenos Aires”. Pero si uno las lee con atención, descubre que el lado Norte, el más nuevo y rico, es también descripto como el auténtico Buenos Aires europeo y en desarrollo.

¿Como puede ser?, se preguntará más de uno. En realidad, el hecho de que ambas zonas sean descriptas como “auténticas” demuestra que esta categoría es ante todo una construcción ideológica particular. No hay nada “intrínsecamente auténtico”; más bien, lo que hay son relaciones de fuerzas que legitiman ciertas visiones como “auténticas”.

Algo similar pasa con la construcción de Buenos Aires como una “ciudad europea”. Las guías no dejan de marcar el hecho de que la ciudad tiene lugares muy bellos, pero porque estos son parecidos a los que se puede encontrar en Paris y Madrid. Pero a la vez, dejan en claro que se trata de una ciudad “latinoamericana”, con un tránsito desordenado, mucha corrupción y edificios mal mantenidos. Queda claro que “lo europeo” corresponde a lo bello, y lo “latinoamericano” a lo feo y decadente. ¿Alguien mencionó la palabra etnocentrismo? Como ven, Buenos Aires puede ser construida tanto como “europea” o como “latinoamericana”, depende la representación particular.

Estas construcciones etnocéntricas tienen además un correlato claro en la construcción del turista europeo o estadounidense como “conquistador” de mujeres, que tendrá seguro éxito gracias a los dólares que lleva en el bolsillo. Esto está en clara conexión con lo que ya analizaron en su momento Shohat y Stam en “Unthinking Eurocentrism”.

De todos modos, sigo sorprendido como las guías de turismo se pueden permitir grados de etnocentrismo y racismo que un medio periodístico tradicional jamás toleraría. Tal vez porque no son escritos para los nativos sino para turistas que comparten imaginarios particulares sobre ciertos destinos. Pero sólo es una hipótesis que habría que comprobar.

8 comentarios en «Las caras de Buenos Aires»

  1. Muy buen post. La verdad es que a veces esas comparaciones intrinsecas que establecen las guias pasan muy desapercibidas, quizas porque el turista se enfoca tan solo en la parte informativa, direcciones de hoteles, restaurantes, transporte, etc.

    Ahora aprendere a leerlas con mas criterio. Pero aqui viene una inquietud, sera eso entonces lo unico rescatable de las guias? la informacion mas no las opiniones? Se ha asegurado que la imparcialidad es inexistente en Comunicacion. Pero entonces, sera que tendremos que elegir la guia que mas se acerque al “ideal de objetividad”? o sera que tendremos que escoger la guia, sabiendo y reconociendo previamente como enfoca sus topicos o hacia que grupo objetivo esta dirigida su informacion y enfoque? Hasta que punto una segmentacion tal seria nociva o productiva?

  2. Esta es una opinión de sentido común: creo que las guías son consultadas por su caudal de información. Por lo general, su parte histórica y social es muy pobre, y esto se puede comprobar consultando algunas de ellas. Pero como no están dirigidas a los nativos sino a turistas extranjeros, se pueden dar el lujo de ser bastante imprecisas. Es como planteaba en la entrada sobre los límites de la ciudad: el relato de los guias de viaje que reconocian que eran los turistas locales, mejor informados, los que le sacaban mejor provecho a sus paseos, ya que conocían más sobre la ciudad y la historia argentina. En el fondo, viajar y tomar contacto con una ciudad es experimentar un conocimiento fragmentado sobre lo que tenemos enfrente. A pesar de eso, podemos construir representaciones y conocimiento., El problema es cuan exacto y justo es.

  3. Estimado Jorge:
    No se si fue un intento de cubrir la identidad de la tesista, pero dado que ella ha obtenido un 10 de calificacion, no deberiamos quitarle el merito. Es sabido que a veces el lenguaje nos juega malas pasadas, y que de Palacios a Castillos probablemente haya solo una diferencia arquitectonica, pero de Palacios a Castelli pasamos de la Arquitectura a la Historia. Si no me equivoco fue Palacios y no Castelli quien escribiera la tesis.

  4. Aja, tenés razón. Y eso que dirigí la tesina. Ya lo cambio.

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