28 horas en un avión: sobre Internet y las quejas

28 horas en un avión: sobre Internet y las quejas

Hay épocas del año que son bastante complicadas para las aerolíneas. Los meses de temporada alta y las fechas puntuales como Navidad o Semana Santa traen vuelos completos o con mayor sobreventa, pasajeros nerviosos, y unos cuantos problemas. Uno de los lugares donde se encuentran muy rápido estas quejas es Twitter, en donde se podía encontrar, en plena Navidad, época complicada, gente que se quejaba por media hora de demora, o por tener que hacer largas filas frente al mostrador. Algunos extremos sólo se entienden en países políticamente muy polarizados de América Latina, y en donde un vuelo sobrevendido puede ser adjudicado a la política de un gobierno en particular, cuando se trata de un tipo de estrategia comercial que se puede encontrar en muchos lugares del mundo -obviamente, cuando nos toca un vuelo sobrevendido y nos quieren dejar debajo nos vamos a molestar, pero no por eso se puede dejar de reconocer que no es un tema de un determinado país.

A la hora de las quejas, sin embargo, algunos la pasan peor que otros. En estos días se conoció el caso de un vuelo de la compañía Etihad, que tuvo que quedarse en la pista del aeropuerto de Abu Dhabi por 12 horas, debido a que la niebla impedía las operaciones normales y demoró todo el tráfico. Y luego de quedarse 12 horas en el mismo avión, los pasajeros tenían que hacer una ruta de 16 horas hasta San Francisco. Con 28 horas en total, de más está decir que los pasajeros y tripulantes tenían un humor de perros. De acuerdo a lo que declaró una pasajera a la agencia Associated Press, “Everybody was fighting with each other and the flight attendants were fighting with us, and we were fighting with the flight attendants”. Durante las 12 horas, no se sirvió comida, pero si refrescos. No creo que los pasajeros estuvieron muy contentos con la dieta forzosa.

28 horas en un avión es algo tan infrecuente que hasta es noticia, además de justificado motivo de queja. Pero a veces hay que saber que determinadas situaciones merecen un poco de contexto. Una demora de media hora en Navidad tampoco es para salir a incendiar Twitter. Ya saben: quejarnos es una de las cosas menos originales que hacemos en las redes sociales.

Más sobre el tema en The Independent.

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